Usted está aquí: jueves 1 de junio de 2006 Cultura Tirso de Molina reconoció en la mujer su capacidad de transformar el entorno

Marta Verduzco dirige el montaje de La celosa de sí misma en el Jiménez Rueda

Tirso de Molina reconoció en la mujer su capacidad de transformar el entorno

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Ampliar la imagen Escena de la obra de Tirso de Molina en la que se aborda la emancipación de la mujer, la belleza y la sensualidad. El montaje concluirá temporada el 2 de julio Foto: Francisco Olvera

Con la puesta en escena La celosa de sí misma, el espectador conocerá la belleza del lenguaje y la audacia de Tirso de Molina, uno de los dramaturgos más prolíficos del Siglo de Oro español.

Bajo la dirección de Marta Verduzco, la obra aborda el tema de la mujer emancipada, el deseo y la sensualidad, pues mediante el personaje de Magdalena, Tirso reconoce a la mujer la capacidad de transformar su entorno.

Al referirse a las aportaciones del dramaturgo, poeta y narrador español, Verduzco destacó la belleza del lenguaje, lo intrincado de sus piezas y la audacia para su tiempo.

Agregó que la obra ''no es un simple juego, sino un pretexto para hacer una crítica a la sociedad de su época. El era tan perceptivo que nos pone enfrente los vicios y las virtudes de la sociedad del siglo XVII para ridiculizarla".

La directora explicó que montaron la obra de Tirso porque ''es algo muy bello, de lo cual nos podemos alimentar, así como oímos a Monteverdi, Verdi, Bach, Vivaldi y Mozart". También consideró importante que el gremio artístico y el público conozcan las raíces del teatro.

Eduardo Contreras se encargó del recorte de la obra, sin traicionar lo esencial de su conflicto ni de su estructura métrica, para que conserve la riqueza del lenguaje y lo ágil de la anécdota.

Actor y voz, esencia del montaje

Con pocos elementos escenográficos, el actor y la voz son la esencia del montaje, pues los intérpretes tienen capacidad para decir, sentir y hacer sentir al público la belleza del lenguaje en verso.

Marisa Rubio, quien encarna a Angela, destacó que Tirso ve a la mujer como un ser poderoso, porque las cosas suceden como la protagonista quiere.

''Es interesante ese planteamiento desde el ángulo de un clérigo. Tirso era un hombre religioso, ausente de la vida mundana y con gran capacidad pudo observar la naturaleza femenina y el control de las mujeres en la sociedad", expresó Rubio.

Tirso -agregó la actriz- ''reconoce a la mujer esa capacidad de transformar su entorno, y de hacer y deshacer con su condición lo que ella quiere; eso me parece vanguardista, inclusive ahora''.

Verduzco utiliza como apoyo el video, sin que este recurso sea el principal atractivo, ya que sólo sirve para hacer más expresivo el trabajo escénico.

Emoé de la Parra, quien también participa en la obra, señaló que le llama la atención la modernidad de los temas que maneja Tirso de Molina. ''Finalmente está aquí un tema tratado por el sicoanálisis: el deseo; cómo aquello que es deseado, siempre está subliminalmente superado, no corresponde a su referente real. Nosotros nos enamoramos de una proyección imaginada", expresó la actriz.

Para De la Parra todas las personas utilizamos máscaras en función de cómo fuimos tomados por los demás. En la puesta en escena, la protagonista se divide en dos mujeres que se enamoran del mismo hombre, pero compiten entre sí.

Tirso de Molina lleva al espectador por un juego de enredos, cada vez más complejo y divertido, hasta que llega el momento en el que todos dudan de las identidades que el galán de la historia cree conocer.

La celosa de sí misma, cuya temporada concluirá el 2 de julio, se presenta jueves y viernes a las 20 horas, sábado a las 19 horas y domingo a las 18 horas, en el teatro Jiménez Rueda (avenida Plaza de la República 154, colonia Tabacalera).

 
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