Por temor a bajar puntos en las encuestas, los candidatos a la Presidencia
de la República eluden hablar del aborto, de las uniones civiles
del mismo sexo, de la píldora anticonceptiva de emergencia,
la promoción del uso del condón, y de otros temas considerados "incómodos".
La única que los aborda sin trabas, entre otras razones porque
no tiene nada que perder y todo por ganar, es la candidata Patricia
Mercado, quien le apuesta al voto de las mujeres, de jóvenes
y de la comunidad gay.
Por la ausencia de todos estos temas que tienen que ver con el ejercicio
de la sexualidad, podemos afirmar que estamos ante una contienda "asexuada" y "casta".
Por razones diversas, todos los candidatos varones se abstienen siquiera
de mencionarlos. Su incontinencia verbal en otros asuntos se convierte
de súbito en recatado y monógamo enunciado cuando se les
pregunta por alguno de esos temas: "respeto a la vida desde la concepción" contesta
repetidamente Felipe Calderón; "que la gente decida" reitera
López Obrador; "lo que la ley diga" elude Roberto Madrazo.
Sin embargo, sólo López Obrador y Patricia Mercado signaron
un compromiso con organizaciones civiles que incluye algunos temas relacionados
con los derechos sexuales y reproductivos. Y no puede ser de otra manera,
porque es a la izquierda a la que le corresponde defender el derecho de
las personas a decidir, a elegir libremente en el terreno de la sexualidad,
de la reproducción y de la vida íntima. Como afirmó el
concejal socialista de Madrid Pedro Zerolo en su visita a México,
se deben a la izquierda todos los avances progresistas en ese terreno,
de la derecha no se puede esperar más que hipocresía.
Un gobierno de izquierda es el que mayores garantías ofrece para
avanzar en la ampliación de derechos a la población y para
lograr la inclusión de las diversidades en la sociedad.
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