La
frontera física y la inequidad política
Las
fronteras son siempre espacios sensibles. Tránsito entre realidades
distintas, muchas veces opuestas entre sí. Las divisiones recuerdan
su carácter de imposición, ya sea entre países,
géneros o prácticas sexuales. Ya entrados en metáforas, ¿cuál
es la diferencia entre la frontera militarizada para evitar la entrada
de migrantes y la violencia contra las mujeres que osan cuestionar
la "supremacía" masculina?
Pero las fronteras, pese a los muros y las vallas, son porosas. Los
discursos y las acciones que defienden la dominación de unos
sobre los otros ceden ante el empuje de la realidad. Migrantes que
vencen obstáculos y transitan sin remedio o prácticas
sexuales que se dan al amparo del anonimato, incluso entre los defensores
de la moral más tradicional.
El número 33 de la revista Debate feminista reflexiona sobre
este tema, bajo el título: "Fronteras, intersticios y umbrales",
en un recorrido que va de la historia de un grupo de trabajadores sexuales
travestis y transgénero en Tijuana, o la realidad de la vida
en tránsito en la frontera sur opacada por la estridencia del
norte, a la tenue línea que divide a los "pecados capitales" de
las "virtudes teologales", en siete breves y sustanciosos
textos.
Colaboran, entre otros, Lucía Melgar, que recoge datos, números
y testimonios para formar un mosaico de vidas enredadas y sufridas
alrededor de la frontera México-Estados Unidos; Margara Millán,
quien explora el zapatismo desde las mujeres y su presencia "en
medio de la tensión entre tradición y cambio"; Carlos
Monsiváis, quien recorre los últimos treinta años
de México desde las luchas cívicas por la plena inclusión
de las minorías dentro de la República laica; y Arnoldo
Kraus, que reflexiona sobre el suicidio, la frontera última: "La
vida del suicida arde cuando el tiempo se agota. Asfixia cuando el
fuego se apaga".
Escriben Lucía Melgar y Marisa Belausteguigoitia, en el editorial: "Por
su permeabilidad y su rugosidad, por la posibilidad de cruzarla e incluso
modificarla, la frontera es una rica metáfora de las separaciones,
dicotomías, brechas, visibles e invisibles, que pautan nuestra
vida social, política y cultural. Fuera del ámbito geopolítico,
la frontera es también metáfora de un desafío:
intentar cruzarla implica o simboliza un conocimiento por aprehender,
un nuevo mundo que imaginar, otra experiencia u otra vida posible".
Al final, las fronteras —geográficas, políticas,
sociales y físicas— existen como límite a la imaginación
y los deseos y permanecen estáticas hasta que nuevas ideas alientan
su transgresión. (Fernando Mino)
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Debate
feminista número 33
"Fronteras, intersticios y umbrales", correspondiente a abril de 2006
está disponible en librerías. |