No es una amnistía, deben pagar una multa por violar las leyes de EU, señala
Bush renueva cabildeo en favor de la legalización de trabajadores migrantes
Equivocada e irreal la propuesta de deportar a indocumentados, afirma el mandatario
Washington, 1º de junio. El presidente estadunidense, George W. Bush, renovó el jueves su cabildeo ante el Congreso para que la conciliación entre dos proyectos de ley sobre migración preserve la legalización de millones de trabajadores indocumentados, rechazada por legisladores republicanos de la Cámara de Representes más conservadores.
"Una de las difíciles tareas ante la Cámara de Representantes y el Senado es decidir cómo la ley estadunidense tratará a los inmigrantes ilegales que están ahora en nuestro país", dijo Bush en un discurso sobre migración y seguridad fronteriza en la Cámara de Comercio de ese país.
"Creo que los inmigrantes ilegales que tienen raíces en nuestro país y que quieren quedarse deben pagar una multa significativa por quebrantar la ley, pagar sus impuestos, aprender inglés y tener un trabajo durante cierto número de años", señaló Bush.
Las declaraciones del presidente Bush respaldan la versión de la reforma migratoria aprobada por el Senado el jueves pasado, que legaliza a los trabajadores indocumentados que han vivido en Estados Unidos más de dos años (con beneficios especiales para aquellos que comprueben que llegaron hace más de cinco), refuerza la seguridad fronteriza, crea un programa de trabajadores temporales y fortalece los controles para impedir la contratación de empleados extranjeros sin papeles.
Este proyecto debe ser compaginado con una propuesta mucho más limitada y conservadora aprobada por la Cámara de Representantes en diciembre pasado, que se limita a reforzar las fronteras y torna a los indocumentados en criminales, sin prever su legalización ni la creación de un programa de trabajadores temporales.
Según Bush, la propuesta de algunos legisladores republicanos conservadores de deportar a todos los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos -estimados en unos 12 millones- "es equivocada e irreal".
El propio presidente de la Cámara de Representantes, James Sensenbrenner (Wisconsin), que lideró la aprobación del duro proyecto de ley de la Cámara baja, advirtió que el camino a la ciudadanía para los indocumentados equivale a una "amnistía" y de ninguna manera los representantes que integren la comisión para conciliar ambos proyectos de ley le darán su visto bueno.
Camino intermedio
"Me opongo a la amnistía", pero "existe un camino a medias entre otorgar un camino automático a la ciudadanía para cada inmigrante ilegal y un programa que requiere a cada inmigrante ilegal que se vaya", sostuvo el presidente George W. Bush.
"El camino del centro reconoce que hay diferencias entre un inmigrante ilegal que cruzó la frontera recientemente y alguien que trabajó aquí durante muchos años, que tiene una casa, una familia y un pasado limpio", añadió el mandatario estadunidense.
"Esto no es una amnistía. Esta es una manera práctica y razonable para que aquellos que quebrantaron la ley paguen su deuda a la sociedad", insistió el presidente Bush, quien también defendió un aumento de la seguridad fronteriza, la creación de un programa temporal de trabajadores y el endurecimiento de las penas para quienes contraten trabajadores indocumentados.
La Casa Blanca busca un difícil equilibrio para satisfacer tanto a su base de simpatizantes más conservadora, que exige un endurecimiento de las fronteras, como al electorado hispano, que pide legalización para todos los indocumentados, y a los empresarios, que reclaman poder contratar, como hasta ahora, mano de obra barata.
Se anticipa que la conciliación será dura por la politización del tema antes de los comicios legislativos de noviembre, en las cuales los republicanos arriesgan perder el control de una o ambas cámaras del Congreso, y a dos años de la elección presidencial.