La estrategia choca con los proyectos venezolanos
Pretende Fox que plan energético en CA sea exclusivamente privado
Ampliar la imagen Barcos remolcan el buque Exxon Valdez en la costa de Alaska, donde hace 20 años ocurrió un gran derrame de combustible; la compañía aportará más dinero para el rescate de la zona Foto: Ap
La Romana, República Dominicana, 1º de junio. El proyecto de construir una refinería en Centro América (CA), que analizarán los presidentes de la región este fin de semana, implica una compleja alianza entre el sector privado y público defendida por México, cuya visión choca claramente con los planes de Venezuela con sus vecinos.
Con una producción mínima de 255 mil barriles diarios, la refinería será en principio abastecida por México y por otros países menores de la región, según el esbozo de proyecto que autoridades mexicanas han desvelado en días pasados.
Sin embargo, el gobierno del presidente Vicente Fox quiere que el proyecto sea exclusivamente privado.
"Pemex (Petróleos Mexicanos) no pondrá ni un peso", aseguró el subsecretario de Energía mexicano, Héctor Moreira, tras cifrar el proyecto en un mínimo de 2 mil 800 millones de dólares.
"La empresa privada provee el capital y cobra luego por el suministro" de los productos refinados, a precios de mercado, incluso con planes de exportación hasta Estados Unidos y otros países si el tamaño de la refinería lo permitiera, explicó Edgar Rangel, jefe de coordinadores de la Secretaría de Energía.
México, que exporta aproximadamente la mitad de su producción de 3.4 millones de barriles diarios (mbd) de crudo, necesita sin embargo importar a diario 180 mil barriles de gasolina.
El consumo de combustible en América Central se calcula en al menos 69 mil barriles diarios, según los datos de la Secretaría de Energía mexicana.
El proyecto de refinería que se analizará en República Dominicana sería una oportunidad de expansión para Pemex, y al mismo tiempo una manera para el gobierno de Fox de sortear los obstáculos par abrir a la inversión privada el sector de hidrocarburos, cuya extracción y explotación es monopolio de la empresa estatal.
Pemex no oculta su interés tampoco por el gas boliviano o peruano, y dentro del Proyecto de Integración Energética que discutirán los presidentes en República Dominicana también existe la idea de construir un gasoducto desde Colombia hasta México.
Esa visión de alianza entre el sector privado y público no puede ser más diferente de la del presidente Hugo Chávez de Venezuela, uno de los líderes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Venezuela ha ofrecido petróleo a alcaldías de izquierda en municipios de El Salvador y de otros países de la región, donde las acusaciones de intervención política en contra del régimen de Chávez son constantes.
Caracas ha anunciado una nueva empresa petrolera en alianza con el gobierno boliviano de Evo Morales, Petroandina, proyecto que suscita inquietud entre inversionistas.