En revisión, convenio del país con tabacaleras
Revisa la OMS si México viola pacto para control del tabaco
Pese a que la Secretaría de Salud (Ssa) ha insistido en que el convenio que firmó con las tabacaleras en 2004 -mediante el cual donan un peso por cajetilla vendida al fondo de gastos catastróficos en salud- no contraviene el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la instancia internacional reveló que analiza si dicho acuerdo se apega o no al citado convenio, el cual fue ratificado por México en ese mismo año.
"Estamos haciendo nuestro propio análisis en las oficinas de Ginebra y Washington, y cuando tengamos un análisis objetivo lo daremos a conocer", precisó Jacobo Finkelman, representante en el país de la Organización Panamericana de Salud (OPS) y de la OMS, al preguntarle si el convenio firmado con las tabacaleras viola el CMCT.
Agregó que el caso de México se analiza además con información que organismos civiles han hecho llegar a la OMS. "Hemos recibido información de instancias oficiales y de la sociedad civil, y estamos analizando los diferentes ángulos y perspectivas dentro de lo que representa la firma del CMCT", sostuvo Finkelman, al remarcar que de los 128 países que han ratificado el convenio contra el tabaco, México es el único que ha concretado un acuerdo con las tabacaleras.
No obstante, a la Ssa "no le preocupa en absoluto" que la OMS esté indagando si el pacto con las empresas violenta el convenio para el control del tabaco, aseguró Cristóbal Ruiz Gaytán, secretario técnico del Consejo Nacional contra las Adicciones.
Finkelman indicó que a escala mundial la atención de las enfermedades que genera el tabaquismo cuestan "mil 100 millones de dólares", y que esta adicción ocasiona 5 millones de decesos en el planeta, de los cuales, 53 mil ocurren en México, por lo que advirtió que de seguir la tendencia, los fallecimientos podrían duplicarse en los próximos 20 años. Aseguró que según datos de una encuesta "reciente, entre los jóvenes de 12 a 15 años la prevalencia de fumadores se redujo de 24 a 20 por ciento".
Remarcó que los intereses de las tabacaleras son contrarios a los de la salud pública, y que éstas engañan cuando hacen creer a los consumidores que sus versiones ligth son menos dañinas, pues "el tabaco es mortífero bajo cualquier disfraz". A su juicio, el consumo de tabaco es una enfermedad transmitida por la publicidad y el patrocinio.