Emanaciones de gas carbónico, causante del cambio climático, agravan el fenómeno
La acidez en oceános impedirá la formación de fauna al final de siglo
Crustáceos, corales y moluscos, entre las especies afectadas, afirman científicos europeos
Ampliar la imagen El calentamiento del agua continúa dañando arrecifes de corales, como el que se muestra en la imagen, en el mar Caribe. La Oficina Nacional de Administración Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos alertó sobre efectos catastróficos en la flora y fauna marina en las próximas décadas Foto: Ap
París, 1º de junio. Las emanaciones de gas carbónico, causantes del calentamiento global, aumentan la acidez en los océanos, lo que podría acarrear daños irreparables a su fauna y flora, en particular en aguas frías, advirtieron el jueves científicos en París.
Aunque la comunidad internacional cumpla sus objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), la acidez de los océanos alcanzará a finales de siglo un índice tan elevado que algunos organismos marinos no lograrán secretar el óxido de calcio, indispensable para la formación de sus esqueletos.
En una tercera parte de los casos el gas carbónico expulsado es absorbido por los océanos; en total, 25 millones de toneladas diarias, explicaron a los periodistas los responsables de Eur-Oceans, un programa de la Unión Europea para el estudio de las consecuencias del cambio climático en los océanos.
El gas carbónico, de por sí ácido, se combina con los carbonatos en el agua y los neutraliza. Pero los crustáceos, corales, moluscos y erizos de mar necesitan esta sustancia para fabricar sus caparazones calcáreos.
Por consiguiente, la desaparición de los carbonatos conlleva automáticamente un aumento de la acidez en el agua marina.
Su pH, el medidor de acidez, es de 8.1 en condiciones normales. Sin embargo, desde el comienzo de la industrialización ha bajado 0.1 y podría seguir retrocediendo hasta 0.3 y 0.5, pronostica James Orr, director de investigación del CEA.
"Esto implicaría el cese de la calcificación en las zonas más frías de los océanos de aquí a finales de siglo, pero los problemas comenzarán a surgir mucho antes", dijo Orr, y añadió que las aguas cálidas absorben menos dióxido de carbono.
La reflexión sobre los daños a la vida marina por las emanaciones de CO2 es reciente y no existen aún estudios sobre su impacto en el desarrollo de las especies que se comercializan, como ostras, mejillones o bogavante.
Lo único seguro es que "los crustáceos tienen más dificultades para la fabricación de su exoesqueleto cuando aumenta el CO2", admitió Jean-Pierre Gattuso, directivo del Centro Nacional de Investigaciones Científicas.
En el laboratorio algunas microalgas sufren deformaciones cuando se incrementa la acidez del agua, explica. En el caso de los corales, la reducción de su capacidad para calcificarse, valorada entre -5 y -50 por ciento de aquí a finales de siglo, se unirá al ya existente problema de blanqueamiento, un estrés producido por el calentamiento del agua, que los obliga a la expulsión de las algas que contienen y que les dan color.
"El aumento de CO2 en el agua marina no pone en peligro la fotosíntesis y la capacidad de los océanos para generar biomasa. Sin embargo, podría tener impacto sobre la cadena alimentaria", concluyó Gattuso.