El intento de los de Tetla por impedir que los de San Agustín siguieran la tala ilegal, origen
Se enfrentan 2 grupos de campesinos en Puebla; un muerto y 29 heridos
Unos 170 policías observaron los hechos sin intervenir ni ayudar a los lesionados
Culpan a autoridades ambientales de permitir invasión de rica zona forestal a cambio de apoyar a Mario Marín
Ampliar la imagen Policías preventivos estatales observaron de lejos el zafarrancho, pero no intervinieron. A la derecha, vuelve la calma minutos después de los hechos de violencia Foto: José Castañares
Ampliar la imagen Policías preventivos estatales observaron de lejos el zafarrancho, pero no intervinieron. A la derecha, vuelve la calma minutos después de los hechos de violencia Foto: José Castañares
Puebla, Pue., 2 de junio. Al menos mil habitantes de San Juan Tetla y San Agustín Atzompa, comunidades ubicadas en la región Izta-Popo, se enfrentaron hoy con armas de fuego, palos, machetes y piedras, con saldo de un muerto y 29 heridos, tres de ellos reportados como graves
Unos 170 policías preventivos estatales presenciaron los hechos sin intervenir, porque el equipo que llevaban era sólo de disuasión, según declaró por la noche el subsecretario de Gobernación, Joe Hernández Corona, quien agregó que el Poder Ejecutivo local analiza solicitar ayuda del Ejército mexicano y la Policía Federal Preventiva para garantizar el orden en la región.
San Juan Tetla y San Agustín Atzompa son dos juntas auxiliares del municipio de Chiautzingo, ubicado a unos 49 kilómetros de la capital, sólo separadas por una calle transversal y comparten tres calles perpendiculares.
Sobre estas últimas, los habitantes de la primera comunidad colocaron el jueves tres camiones cargados con madera clandestina que decomisaron a sus vecinos en diferentes ocasiones en lo que va del año.
La intención no era sólo impedir que más cargamentos de madera descendieran del monte, sino llamar la atención de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), para que detengan la depredación forestal, pues varias veces les habían solicitado su intervención, sin respuesta favorable.
La mañana de este viernes personal de la secretaría de Gobernación y del Medio Ambiente estatales llegaron a la zona para tratar de mediar entre los grupos.
Las negociaciones duraron toda la mañana, pero cerca de las 14:45 horas la gente de San Juan Tetla pretendió hacer montículos de arena que reforzaran el bloqueo de los camiones, lo que enardeció a los de San Agustín, que comenzaron a lanzarles piedras.
Fue así que comenzó el zafarrancho. Los de San Juan devolvieron el ataque también con piedras, y entonces del lado de San Agustín salieron los primeros disparos, uno de los cuáles alcanzó en el pecho a Jobed Cortez Mendoza, de 53 años de edad, hermano del líder del movimiento defensor del bosque en Tetla, Maxwell Cortez; el herido murió minutos más tarde en un hospital de San Martín Texmelucan, la ciudad más cercana al área de conflicto.
La confrontación duró unos 20 minutos, en los cuales los bandos se enfrentaron con escopetas, palos, piedras y machetes. La gente de San Agustín se internó algunos metros en territorio de San Juan y la emprendió contra las primeras casas que encontró. También incendiaron uno de los camiones que obstaculizaba el tránsito.
A distancia, los elementos de la Policía Preventiva Estatal observaban todo sin hacer nada. En una rueda de prensa que ofreció por la noche, el subsecretario de Gobernación, Joe Hérnández Corona, manifestó que los uniformados no llevaban equipo para controlar un enfrentamiento de este tipo.
Pero si los gendarmes no intervinieron para calmar los ánimos, tampoco se abocaron a prestar ayuda a los heridos más graves, quienes fueron trasladados a nosocomios de San Martín Texmelucan y al Hospital General de esta capital en las camionetas de sus familiares y paisanos. Más tarde arribaron las ambulancias, que se llevaron a las personas que tenían heridas menores.
Al cierre de esta edición, la Secretaría de Gobernación estatal reportó que 18 de los 28 heridos ya habían sido dados de alta en el Hospital General de Puebla. Hubo en total nueve lesionados con arma de fuego "seis leves y tres graves", todos procedentes de San Juan Tetla.
Hernández Corona responsabilizó de los hechos al delegado de la Semarnat, José Antonio Díaz García, actualmente candidato plurinominal del PAN a una diputación federal, porque avaló la invasión que hizo la gente de San Agustín en el Campo Experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias -la zona más rica en germoplasma de la región Izta-Popo-, pese a que el terreno está en litigio.
El Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales de la Universidad Autónoma de Puebla, que elaboró el ordenamiento ecológico de la región Izta-Popo, declaró por conducto del investigador, Samuel Contreras, que "en efecto el comité de ordenamiento, hizo una evaluación del conflicto generado y hay muchos datos para suponer que el comportamiento del delegado estuvo plagado de irregularidades y, por supuesto propició el enfrentamiento de los campesinos, además de que estos últimos meses él ha tenido una relación estrecha con los grupos que trafican y comercian con la madera".
Hernández Corona dijo que en varias ocasiones Díaz García se comprometió a cancelar el permiso de saneamiento forestal que concedió a Elia López Zabaleta -quien aprovechó para derribar árboles sanos-, pero que no cumplió. Tampoco respondió a los llamados para establecer mesas de diálogo con los grupos en disputa.
El funcionario estatal aseguró que un comportamiento similar al de Díaz García lo han tenido los representantes de la Profepa y la Conafor.
Díaz García, por su parte, declaró que autoridades del medio ambiente en el estado son las responsables de la violencia, porque les prometieron la propiedad del Campo Experimental a los habitantes de San Juan, a cambio de que apoyaran al gobernador Mario Marín Torres en la crisis que protagoniza por su participación en la confabulación contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro.