Un grupo de iluminados impone decisiones sobre el panismo humanista, señala

El PAN cambió sus principios por la mercadotecnia: Aboitiz

El delegado de Miguel Hidalgo atribuye su salida de ese partido a su oposición al desafuero de López Obrador, a la campaña contra el GDF y a su pacto de gobernabilidad con el PRD

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

A dos días de su polémica salida de las filas del Partido Acción Nacional (PAN), el jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Fernando Aboitiz Saro, expone sus razones, reflexiona sobre el partido en el que militó 17 años, y dice estar dispuesto a analizar la oferta que la víspera le hizo el equipo del candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, de sumarse a su campaña.

En entrevista, sostiene que su postura crítica hacia las acciones del PAN, y su posición contra el desafuero del ex mandatario capitalino Andrés Manuel López Obrador y contra la campaña de descrédito dirigida al Gobierno del Distrito Federal, originaron la exaltación de ánimos que llevó al establecimiento de trincheras entre un bando y otro, y a un ambiente en el que ya no tuvo cabida.

Creen que Dios les mandó cambiar a México

El PAN, aduce, dejó a un lado sus principios para guiarse por una lógica de mercadotecnia, de ganar por ganar; es decir, a una praxis donde lo que vale son los resultados electorales, en un partido liderado por un grupo que cree que Dios lo mandó cambiar a México, y ante todos los que están en su contra, hay que sacar la espada.

Sin mencionar nombres cuando se le inquiere si se trata de la ultraderecha en pleno, reconoce que existe una confrontación ideológica; "por un lado están los que creen en la dignidad de las personas", y por el otro "los que dicen: soy el iluminado, los que están en contra de mí son hijos de la oscuridad, y te lo digo en los tonos en que ellos lo perciben".

Y ése es el problema, las decisiones vienen de los segundos, no de los que creen en el humanismo, y mientras éstos no se den cuenta de la situación "les van a estar viendo la cara, esperemos que no por mucho tiempo".

"Cuando entré al PAN me dieron cursos de filosofía, se hacían círculos de reflexión y literatura del partido; ahora se hace un curso, pero sólo para cubrir el requisito. El discurso ya no es el humanismo, lo nuevo es: oigan, tenemos que ganar, y las nuevas generaciones han entrado en esa lógica", refiere.

Para el ex panista, todo eso fue evidente a partir del desafuero de Andrés Manuel López Obrador. "Empezaron a faltar los argumentos, no hubo una reflexión acerca de si se trataba de algo acorde con lo que pensábamos o si se violentaban los principios. Se llegó a una praxis en la que sólo se hablaba de la estrategia", apunta.

Mi apoyo al Gobierno del DF, "por convicción, no por conveniencia"

En ese contexto, dice, su apoyo al gobierno de la ciudad de México fue por convicción, no por conveniencia.

De haber sido por lo segundo, señala, hubiera renunciado cuando había posibilidad de ser candidato, pero nunca ha habido ningún tipo de negociación, y asegura que las críticas lo tienen sin cuidado.

"Ya me han dicho de todo, lo veo como trato preferencial, porque me acusan como lo hacen con los principales actores de la ciudad, ya me siento como en casa", dice con sarcasmo tras mencionar su cercanía con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Miguel Hidalgo, lo que intensificó, en el actual proceso electoral, su confrontación con la candidata al gobierno de esa delegación, Gabriela Cuevas.

-¿Qué pasó con la ríspida relación con el PRD al principio de su gobierno?

-Fue una relación heredada, los perredistas creyeron que venía con la misma beligerancia que la anterior administración, hasta que pude demostrar que no era igual que el que estaba antes, y tuve que pagar las facturas por esa confrontación, porque nunca hubo posibilidad de dialogar.

-Pero hubo ataques no heredados, sino muy particulares de tu gestión.

-Te puedo decir que todo tenía el mismo origen, ellos percibían que yo iba a seguir con el mismo cuento.

-¿Cómo logró convencerlos? ¿Hubo negociación?

-Con el diálogo, primero, y en segundo término al decir que mi opinión no era plenipotenciaria en la delegación. Díganme cómo podemos hacerlo y lo echamos a andar; el incluir propuestas de los otros nos hizo caminar. Lo que hicimos en Miguel Hidalgo fue un pacto de gobernabilidad, para que dejara de ser un espacio de pleitos, y funcionó, hasta que reventó la cuerda por el otro lado.

-¿Ese rompimiento no se dio a partir de que no se benefició a su grupo en la elección interna?

-Yo no pertenezco a ningún grupo, lo que quería era que participaran varias personas que querían ser candidatos, y que la gente decidiera, porque era un sistema que nos había funcionado y creo que es el más correcto, pero no a través de preguntas, sino con el voto. Ahí no compartí la decisión de Carlos Gelista (actual dirigente del PAN en el DF); él me convenció -porque, ojo, yo voté por él cuando fui consejero-, con propuestas de programas y acciones, y no cumplió.

-¿Percibe que su renuncia calmará los ánimos, o continuarán exaltados?

-De mi parte va a haber prudencia, si ellos ya le paran. No le voy a atizar más al PAN, ya fijé mi posición con la renuncia, no tengo ningún espíritu de atacarlo, porque tengo muchos amigos que respeto, pero también espero de ellos mesura, porque si no lo hacen me voy a defender hasta donde tope.

Dispuesto a dialogar con el equipo de campaña de Ebrard

Respecto de la posibilidad de incorporarse al equipo de campaña de Marcelo Ebrard, el jefe delegacional de Miguel Hidalgo prefiere no adelantar nada y se limita a señalar que va a platicar con ellos.

"Quiero ver qué planteamientos tienen y si son convergentes; mi principal interés es el proyecto de ciudad", dice Aboitiz, y asegura que hasta el jueves pasado no había recibido ningún ofrecimiento de esa naturaleza.

-¿Eso significaría que se afiliaría al PRD?

-En caso de que me fuera para allá, necesito ver cómo entran mis principios en el PRD; igual en un proyecto de gobierno puedes encontrar algún punto acorde con lo que crees, pero aquí es diferente, tengo que hablar con una serie de personas. Por ejemplo, con el maestro Bernardo Bátiz, preguntarle todo el proceso que él vivió, porque es una persona muy doctrinaria. Mientras el fondo sea el mismo, no sólo una cuestión de panfletos, lo pensaré -concluye.