DISQUERO

Un estreno mundial

Luego del estreno de una ópera compuesta hace 235 años, Ascanio in Alba de Mozart, realizado el pasado fin de semana en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl, los hallazgos y puesta en vida de grandes obras desconocidas se suceden en los anaqueles de novedades discográficas.

Gracias al trabajo emprendido por el violinista italiano Fabio Biondi al frente de una orquesta de excelencia, Europa Galante, convertida en la especialista por excelencia en Vivaldi, aparece el estreno mundial en disco compacto de Bajazet, una ópera hasta el momento desconocida del compositor veneciano.

No solamente se logra así la recuperación de un documento fundamental en la historia de la música, se rescata también la manera de escuchar a Vivaldi en plenitud, es decir, más allá del confinamiento al que lo condena el exceso en unas cuantas partituras de este autor, comenzando por sus gloriosas Cuatro estaciones.

En Bajazet, recuperada (algunas arias se han perdido y el original incompleto yace en la Biblioteca de Turín) merced a una edición crítica que hizo Fabio Biondi, quien además la dirige, tenemos a un autor en plenitud del gozo y en abierta vanguardia respecto del género operístico, pues en su época reinaban lugares comunes a los que dio la vuelta de tuerca mediante una ingeniería logística formidable, echando mano de los recursos manidos, por ejemplo el género pasticcio, para crear formas nuevas y poniendo la vara más elevada con prodigios como por ejemplo depositar el peso de esta tragedia per musica (cuando el género en boga era dramma in musica) en una soprano, un contratenor y dos mezzos en contraposición al peso dominante que tenían los castrati en el mundo operístico de su época.

La ópera está contenida en dos discos compactos y un tercero, en formato dvd, contiene escenas formidables de la grabación en la sala de conciertos. Además del prodigio de la música sonando en vivo, las imágenes muestran el esfuerzo titánico (se ve a las cantantes y algunos atrilistas dando suspiros de alivio cuando salen salvos de los pasajes más difíciles) de instrumentistas y cantantes para interpretar esta partitura catedralicia (en el país de las maravillas).

El argumento es propio de la época, pero Vivaldi imprimió aquí también elementos de resonancia política. Además, en las postrimerías oscuras de su vida en Viena, dio vida a esta obra mediante la Sinfonia Bajazet, que tenemos ahora a nuestro alcance en su versión original, como ópera.

Pablo Espinosa