Participan la UNAM y el Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl
En marcha, proyecto para salvar de la extinción al ajolote en Xochimilco
Trabajan en la reproducción de la especie para reintroducirla en los canales
Ampliar la imagen Ajolotes que se exhiben en la feria que se realiza en la primera sección del Bosque de Chapultepec con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente Foto: María Luisa Severiano
La Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, por medio del Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl, inició, conjuntamente con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un proyecto de reproducción y reintroducción del ajolote (Ambystoma mexicanum) en los canales y humedales de Xochimilco
Uriel Dueñas Gama, director del centro Acuexcómatl, explicó que se cuenta apenas con cien ejemplares de ajolote, algunos ya "nacidos en casa". Cabe resaltar que esta especie es endémica de la zona lacustre de la ciudad de México; es decir, que no la hay en ninguna otra parte del mundo, y se encuentra en peligro de extinción.
El proyecto es a largo plazo y se buscará la colaboración de otras instituciones, como el Centro de Investigación Biológica Acuícola de Cuemanco, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que ya realiza trabajos de investigación y conservación de esa especie, y el Zoológico de Chapultepec.
El Ambystoma mexicanum, explicó Dueñas, era conocido en la época prehispánica como axolotl, voz náhuatl que se traduce al español como "perro de agua", y era apreciado por sus características alimenticias y medicinales.
A su vez, Cristina Escalante, coordinadora de extensión y difusión del Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl, refiere que el ajolote aun se reproduce en algunos lugares, en cautiverio, para elaborar jarabes para la tos, dentro de la medicina naturista, aunque reconoce que no están probadas científicamente sus propiedades medicinales.
El uso curativo y alimenticio del ajolote -los antiguos xochimilcas lo consumían en tamal, hábito que fueron abandonando por la escasez del batracio-, fue uno de los factores que contribuyeron a que la especie esté en riesgo de extinción, aunado al desecamiento y la contaminación de los canales y lagos donde vivía, como los de Zumpango, Chalco y Texcoco, así como por la introducción de otras especies depredadoras, como la carpa, que se alimenta de los huevecillos del ajolote.
Estudian su capacidad regenerativa
Dueñas y Escalante resaltaron algunas características peculiares de la especie, como su capacidad regenerativa; es decir, que si pierde uno de sus miembros lo regenera, por lo que es objeto de estudio en universidades de Estados Unidos y Japón.
"Este animal es muy interesante, porque respiran y toman el oxígeno que hay en el agua con sus branqueas, pero cuando ve amenazado su entorno las branqueas se contraen, y pasan a depender más del oxígeno que hay en el aire; lo mismo ocurre con las membranas que tienen en los dedos de las patas, que en el agua les sirven para nadar, así como una onda que tienen en la cola, que les ayuda a desplazarse en el agua; es decir, tienen una metamorfosis a salamandra y empiezan a estar más en tierra".
El ajolote se reproduce en invierno, en los meses más fríos del año; "la hembra comienza a girar en círculos, el macho va detrás de ella y le da unos golpes muy suaves en los costados para estimular el desasove. Deposita los huevecillos en las raíces del lirio y de otras plantas acuáticas del entorno, y el macho libera una espuma denominada espermatóforo, como una gelatina que cubre los huevecillos y los fecunda".
El huevecillo es transparente y se puede ver cómo se va formando el embrión hasta que se transforma totalmente en ajolote.
Pese a la diversidad de especies que hay en la ciudad de México, el ajolote Ambystoma mexicanum sólo se encuentra en criaderos o sitios específicos de la zona lacustre de Xochimilco, donde ya es muy poco común encontrarlo, "sólo algunas personas saben" dónde se halla, comentó Cristina Escalante.