El endeudamiento federal con emisión de bonos triplicó al registrado a fines de 2000
La elevada deuda interna elimina el beneficio del descenso en la externa
Ese renglón asciende a $2 billones 125 mil 889 millones y ejercerá mayor presión sobre las finanzas públicas: BdeM
La recaudación fiscal cayó $225 mil millones en 3 años: consultores
El gobierno mexicano puede presumir que logró reducir el endeudamiento externo del país y que, al hacerlo, redujo la vulnerabilidad de la economía. Es sólo una parte de la moneda.
Sin embargo, al cierre de mayo, el endeudamiento de la administración federal mediante la emisión de bonos en el mercado interno creció a una marca sin precedente de 2 billones 125 mil 889 millones de pesos, cantidad que triplica la registrada en diciembre de 2000, cuando fue de 684 mil 797 millones de pesos, de acuerdo con el Banco de México.
La deuda interna gubernamental ejercerá una mayor presión sobre las finanzas públicas en los siguientes meses, a medida que repunten las tasas de interés internas. Este avance en los réditos internos es más probable por el cambio en la política monetaria de Estados Unidos. En aquel país, la tasa de interés de referencia aumentó 17 veces desde junio de 2003, hasta alcanzar 5 por ciento anual.
Mayores réditos en Estados Unidos pueden incidir en tasas de rendimiento más elevadas en los países dependientes de capital, como México, que de esa forma tratan de retener los capitales al ofrecer un mayor premio.
Con cifras actualizadas al cierre de mayo, en el mercado de deuda local el gobierno federal, el Banco de México y el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) mantenían contratada deuda por 2 billones 125 mil 889 millones de pesos. Esta cantidad representó un crecimiento de 10.95 por ciento en comparación con el monto registrado en diciembre de 2005.
Esto indica que en los primeros cinco meses de este año estas instancias gubernamentales o públicas aumentaron sus pasivos en 209 mil 831 millones de pesos, de acuerdo con cifras del banco central citadas por Banamex-Citigroup.
Las cifras acumuladas a lo largo del sexenio muestran el sostenido crecimiento que ha registrado la contratación de deuda por parte de instancias públicas, que aumentan la vulnerabilidad en un momento en que se espera alza en réditos, pero al mismo tiempo desplazan al sector privado de las fuentes de financiamiento interno.
En diciembre de 2000, cuando inició el gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, el monto en circulación de instrumentos de deuda interna emitidos por instancias del sector público era de 684 mil 797 millones de pesos, de acuerdo con las mismas fuentes. La cantidad creció, al cierre de mayo de este año, a 2 billones 125 mil 889 millones de pesos, que representan un crecimiento de 210 por ciento en ese periodo.
Del total de los instrumentos en circulación emitidos por entidades gubernamentales, al cierre de mayo, la porción más significativa es la de los valores emitidos por el gobierno federal, con un monto en circulación de un billón 320 mil 702 millones de pesos, 11.34 por ciento más que en diciembre de 2005, pero una cantidad superior en 92.8 por ciento a la registrada en diciembre de 2000.
El hecho de que casi se triplica el saldo en circulación de instrumentos de deuda emitidos por entidades públicas hace ver desde una perspectiva más adecuada la evolución a la baja de la deuda externa pública, presentada como uno de los grandes logros de la actual administración pues, según el gobierno federal, disminuye la vulnerabilidad de la economía al vaivén de las tasas de interés internacionales.
En diciembre de 2000, la deuda externa del gobierno federal era equivalente a 709 mil 400 millones de pesos. Esa cantidad disminuyó a 628 mil 200 millones de pesos, de acuerdo con el Banco de México. Esta variación implica una baja de 11.4 por ciento, que equivale a una disminución, durante el periodo de referencia, de 81 mil 200 millones de pesos.
Convertidos en dólares, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda, la deuda externa pública disminuyó de 76 mil 11 millones de dólares en diciembre de 2000 a 53 mil 715.2 millones de dólares en marzo de 2006. Esto es, una reducción de 22 mil 296 millones de dólares, o 29.3 por ciento.
En todo caso, la reducción de la deuda externa y su conversión en deuda interna ha resultado en un aumento de los pasivos a cargo del sector público. Así, mientras la deuda externa disminuyó este sexenio en 22 mil 296 millones de dólares -unos 245 mil 300 millones de pesos al tipo de cambio actual- la deuda interna del gobierno federal, sin incluir los pasivos del IPAB y los bonos que emite el banco central, aumentó en 516 mil 516 millones de pesos.
A su vez, el saldo de obligaciones del sector público colocadas en el mercado interno casi se triplicó, al pasar de 684 mil 797 millones de pesos en diciembre de 2000, hasta alcanzar la cifra sin precedente de 2 billones 125 mil 889 millones de pesos en mayo pasado.
No es viable reducir más el ISR
A pesar de las cifras optimistas que en materia de recaudación fiscal maneja la Secretaría de Hacienda, el cobro de impuestos ha caído de manera dramática en los últimos tres años. Pasó del 12 a 9 por ciento del producto interno bruto (PIB), que representan unos 225 mil millones de pesos, afirmó Carlos Cárdenas Guzmán, socio director de consultoría de impuestos de Ernst & Young.
Subrayó que la propuesta de los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo, de la Coalición por el Bien de Todos y la Alianza por México, respectivamente, para disminuir el impuesto sobre la renta (ISR) a los que causantes que ganan menos de 10 mil pesos, provocará un ''mayor boquete, que llevará al país a un infarto fiscal''.
En su último reporte, las autoridades hacendarias indicaron que en el primer cuatrimestre de 2006, los ingresos tributarios no petroleros ascendieron a 339 mil 800 millones de pesos, monto superior en 11.5 por ciento en términos reales al registrado en el mismo periodo del año anterior y en el que destacó el incremento real de 17.1 por ciento del impuesto al IVA.
Durante el 19 encuentro anual de la Academia de Estudios Fiscales de la Contaduría Pública, Cárdenas Guzmán sostuvo que la recaudación fiscal de México ha caído de manera consistente durante los tres últimos años, y no es ''con ideas orientadas a sacrificar más recursos, como el país va a ser más atractivo para los capitales que generan empleo''.
El especialista de Ernst & Young consideró que para incrementar la competitividad de México en materia de atracción de inversiones directas, es indispensable concretar una verdadera reforma fiscal integral.
Agregó que el país ya no resiste el retraso de este tema. Desde hace tres años comenzó la reducción gradual de la tasa del ISR, pero no se ha hecho nada adicional para compensar la merma recaudatoria.
La reforma fiscal integral, dijo, es un tema urgente, porque la recaudación ha caído de manera dramática y en este momento debería de ser de por lo menos 16 por ciento en relación al PIB.
En su exposición planteó la necesidad de que el próximo gobierno y el nuevo Congreso de la Unión tengan como prioridad concretar una reforma fiscal. Es indispensable, subrayó, considerar que la política fiscal no se puede fijar con la exposición de conceptos aislados.
Manifestó que es necesario establecer un plan integral en el que se defina una estrategia basada más en impuestos indirectos y menos en los directos. Se debe buscar incrementar los ingresos del sector público para que los proyectos de inversión en educación, salud y seguridad pública, entre otros, sean impulsados.
De acuerdo con los indicadores de Hacienda, además de los ingresos tributarios no petroleros de enero a abril, los petroleros que comprenden los propios de Pemex, los derechos y aprovechamientos sobre hidrocarburos y el impuesto a los rendimientos petroleros, de acuerdo con el nuevo régimen fiscal de la paraestatal, acumularon un total de 256 mil 700 millones de pesos, monto 19.9 por ciento superior en términos reales respecto al del mismo periodo de 2005.
Antonio Castellanos