La CNTE convoca a cerrar el paso a la ultraderecha
Aniversario del halconazo concentra otras protestas
Ampliar la imagen Durante la marcha que convocó ayer la otra campaña se gritaron consignas en memoria de Alexis Benhumea, estudiante universitario abatido en San Salvador Atenco Foto: Francisco Olvera
A 35 años del halconazo del 10 de junio de 1971, miles de manifestantes se movilizaron para recordar el hecho y exigir castigo a los culpables de esa matanza; así como para protestar contra la represión del Estado y demandar justicia tras los abusos de mayo pasado en San Salvador Atenco.
Por la mañana se efectuaron dos marchas: la primera partió del casco de Santo Tomás -a unas cuadras del sitio de la matanza del jueves de Corpus de 1971-, formada por organizaciones sindicales y por ex dirigentes estudiantiles que conforman el Comité 68. La otra movilización partió del Angel de la Independencia, y en ella participaron maestros disidentes y pobladores de San Salvador Atenco.
La tercera manifestación -convocada por los adherentes a la otra campaña-, por la tarde, fue encabezada por el Comité 68 y los integrantes del atenquense Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. También partió del casco de Santo Tomás, y el subcomandante Marcos se sumó a ésta a la altura del Metro Normal.
Al cerrar la marcha convocada por la otra campaña, Marcos dijo que Alexis Benhumea -el joven fallecido tras recibir en la cabeza un impacto de una granada de gas lacrimógeno disparada por la policía- fue asesinado porque era joven y rebelde, estaba en la otra campaña y había optado por el camino de la transformación de un sistema que convierte la juventud en delito que se castiga con la pena de muerte.
El delegado Zero indicó que los "jóvenes de abajo", entre quienes se encontraba Alexis, "saben que son perseguidos como delincuentes por su forma de vestir, su peinado, su modo de hablar, su música". Señaló que las "presas predilectas" para la policías son los grafiteros, bandas, skatero, darketos, punks, anarquistas, estudiantes, limpiadores de la calle, obreros, roqueros, empleados, quienes son los jóvenes de abajo.
"El argumento gubernamental es que los jóvenes parecen drogadictos, ladrones, criminales. Mientras los que no parecen sí lo son. Empresarios, diputados, senadores, secretarios de Estado, presidentes municipales y de la República, funcionarios de todos los niveles, jefes de policías, generales, esposas de presidentes de la República; es ahí entre ellos y no entre los jóvenes donde se encuentran los asesinos, los ladrones, los criminales. ¿Por qué se espantan de que los jóvenes repudien a la autoridad, si es ésta la que los persigue, los encarcela, tortura, viola y asesina?"
Señaló que el asesinato de Alexis Benhumea ha sido ignorado por el gobierno federal y por los candidatos a la Presidencia, porque su muerte "no es una mercancía atractiva en el mercado electoral".
Criticó que el gobierno lamente la muerte del joven y quiera saldarla con dinero: "Saca la chequera y pregunta cuánto vale la muerte de Alexis"; sin embargo, dijo que los adherentes a la otra no preguntan cuánto vale, sino que lo saben, "hemos apuntado bien el costo en nuestro corazón. Y respondemos: otro país, otro México. Un México donde el crimen no se premie con puestos gubernamentales, sino que se castigue con la cárcel. Un país donde los jóvenes no sean perseguidos, violados, encarcelados y asesinados por razón de su edad, cultura y su modo de vestir; sino que haya para todos recreación, deporte, cultura. Un México donde la política deje de ser un negocio, un espacio donde se aplaude la hipocresía y la traición. Un país donde el que trabaja gane y viva con dignidad, donde no exista quien construya su bienestar a costa del malestar de otros. Donde la democracia no sea la patética disputa de partidos que no son sino productos comerciales que defraudan en todos los sentidos al consumidor. Un México con democracia, libertad y justicia".
Aseveró que el Estado "está equivocado" si cree que con el asesinato de Alexis causará temor e inmovilidad en la otra campaña. "Vamos a seguir, vamos a crecer y vamos a organizar ese crecimiento; vamos a levantarnos y a deponer no sólo a quien mandando manda, también a quien es dueño de todo, a quienes desde arriba decretan cárcel, dolor y muerte para quienes abajo somos los que somos".
Angel Benhumea, padre de Alexis, advirtió que en breve interpondrá una demanda contra las autoridades responsables del asesinato de su hijo. El líder insurgente le entregó un proyectil de gas lacrimógeno recogido donde se encontraba Alexis cuando fue atacado. Recomendó que en ese cartucho "se busquen las huellas digitales de Vicente Fox y de Enrique Peña Nieto".
A las 10 de la mañana, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) participaron en la llamada marcha de la dignidad, para rechazar las acciones represivas y por la defensa de un proyecto de nación en que "contemos todos".
Más de 4 mil profesores de Michoacán, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero exigieron el cese de la violencia contra mujeres, campesinos, sindicalistas, estudiantes y docentes, pues aseguraron que no tolerarán que "Oaxaca se convierta en otro Atenco".
Demandaron la libertad inmediata de los presos políticos y el castigo a quienes participaron en la represión del pasado 3 y 4 de mayo; además de exigir al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, "no alentar un estado de guerra en la entidad, porque ni la violencia ni los castigos económicos nos harán dar un paso atrás".
Artemio Ortiz, líder de la sección 18 de Michoacán, aseguró que es necesario construir "otro futuro para México, porque no aceptamos el que pretenden imponernos grupos de ultraderecha".
Por ello, llamó a cancelar "toda posibilidad de avance de esta alianza criminal Fox-Calderón, porque no vamos a permitir que pase la ultraderecha", e insistió en convocar a las organizaciones civiles y sindicales para iniciar la discusión de un nuevo proyecto de nación, "donde cuenten las mayorías".
Paralelamente, organizaciones sindicales y ex dirigentes estudiantiles marcharon hasta el Zócalo para recordar el halconozo. Raúl Alvarez Garín, dirigente del Comité 68, señaló que cada vez "es más costoso" para el gobierno instrumentar la represión, ya que "con cada acto represivo se levantan día a día diferentes sectores de la sociedad".