La presentación de México en Alemania, invitación al consumo en bares y restaurantes
San Oswaldito, figura venerada por los aficionados en la glorieta de La Minerva
Sin incidentes concluyó el festejo de 10 mil seguidores en el Angel de la Independencia
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Los bares y restaurantes de la ciudad de México aprovecharon el debut del Tricolor en el Mundial para fomentar el consumismo. Algunos ofrecieron champaña con jugo de naranja y otros más regalaron bebidas
Foto: Ap
En la glorieta de La Minerva, en Guadalajara, el grito era uno y único: "¡San Oswaldo, san Oswaldo, Oswaldito; viva México cabroneees!"
Los dioses de futbol confirmaron aquí que El Juego del Hombre sigue siendo uno de los pocos motivos en este país que aún tiene la magia de convocar a cientos, miles en una fiesta.
Y en esta fiesta futbolera alrededor de la glorieta, la figura central fue el muchacho que perdió a su padre esta semana: "Gracias Oswaldo por atajarla", y pancartas improvisadas para apapacharlo: "Te queremos san Oswaldo".
En la romería de risas y camisetas verdes, de henchidas banderas tricolores, apareció de pronto el desorden: un grupo de jóvenes alegres, cantando a coro el Cielito lindo, tomados de la mano en cadena humana.
Y como el desorden debe combatirse con orden, las disciplinadas fuerzas de Seguridad Pública de Guadalajara llegaron veloces con su característica inteligencia y su acostumbrado tino para aplacar los ánimos con gas lacrimógeno, pese a la presencia de familias con niños.
Juan Carlos Miranda Hernández, padre de familia que llevó a su hijo al festejo colectivo, fue quien llevó la peor parte, pues fue en ellos donde hizo blanco el gas que dispersa masas.
Fue el único saldo negativo de una jornada alegre, la única concentración en una ciudad vacía pegada a los televisores.
Jornada del consumo
En la ciudad de México, el primer partido de la Selección despertó la imaginación en bares, cantinas y restaurantes, donde se colocaron carteles con promociones especiales, premios y un inusual horario para el consumo de bebidas.
Meseras con la camiseta del representativo mexicano, banderas, cornetas, matracas y silbatos fueron los ganchos utilizados para atraer clientela en los establecimientos, muchos de los cuales no dan servicio en domingo.
Los prestadores de servicios ofrecieron combinaciones poco comunes: champaña con jugo de naranja o bebidas gratis en paquete con la reservación.
Algunos restaurantes y bares resintieron el triunfo, porque los comensales decidieron ir a la columna de la Independencia.
La glorieta de ese monumento, que se encuentra cerrado por remodelación, fue una vez más el punto de reunión de cientos de aficionados.
La Secretaría de Seguridad Pública capitalina informó que los aficionados disfrutaron el triunfo sin ningún incidente.
La dependencia desplegó 300 elementos al Angel y estableció patrullajes a pie para evitar la ingesta de alcohol en vía pública. En este lugar se reunieron a partir de mediodía más de 10 mil aficionados.
A las 17:40 horas fue restablecida la circulación vehicular en la zona, y a las 18:30 se retiraron los últimos grupos.
Otro punto resguardado por elementos de la policía capitalina (200) fue el Zócalo de la ciudad, donde la gente se reunió en torno a pantallas gigantes que se dispusieron en el lugar. Tampoco aquí se reportaron percances.
Con información de Laura Gómez Flores y Mirna Servín