Relevado el promotor de la Plaza México, ¿se acabó nuestro subdesarrollo taurino?
Inexcusable que no haya coordinación entre todas las empresas del país
Los triunfadores de la feria torista y de La Florecita no han vuelto a la lidia
Ampliar la imagen Se comprobó que en México sobran toros auténticos para comenzar una limpia de falsos toreros Foto: Archivo L. Páez
¿Por casualidad ha visto usted carteles donde se anuncie a los triunfadores de la reciente feria torista en la Plaza México y de la temporada en La Florecita?
Ni los verá, pues no ha habido un solo empresario de los estados al que se le haya ocurrido incluir a esos toreros luego de sus importantes, meritorios e incuestionables triunfos en sendas plazas, frente a auténticos toros, no su aproximación.
¿Qué entienden por aprovechamiento "en caliente" del éxito trascendental de un torero los inefables promotores de plazas y ferias del resto del país? A saber. Pero en México, en materia taurina, muerto el perro no se acaba la rabia, prueba evidente de que el voluntarismo, el protagonismo, el divisionismo y el neofeudalismo son lacras arraigadas a lo largo y ancho de la República, no sólo de una plaza.
Sin embargo, casi con un tronido de dedos las cosas cambiaron radicalmente en la Plaza México en lo que se refiere a la presentación del ganado, luego de 13 temporadas "grandes", caracterizadas por una fórmula no por absurda menos reiterativa: novillones despuntados y a veces repetidores para toreros que figuran y que venían a la capital luego de torear 100 o más corridas en España.
El resultado de tan torpe proceder no fue del todo negativo: una vez al año, el 5 de febrero, la monumental se llenaba para ver a Ponce, El Juli y otros dos, con lo que la tradición taurina del país quedó reducida a tres nombres extranjeros. El público grueso se aficionó entonces a apellidos, habida cuenta de que ya no podía aficionarse a lo que no veía salir por toriles, es decir, el toro mexicano con edad y trapío.
"La degustación" que la nueva empresa Renovación Taurina 2006, de los matadores en retiro José Antonio González Chilolín y Víctor Curro Leal, ofreció a los aficionados del Distrito Federal con las cuatro corridas toristas con encaste español Parladé -La Cardenilla, Barralva, La Joya y Santa María de Xalpa- no sólo tuvo buena respuesta en taquilla y mostró la variedad de encastes de la ganadería brava mexicana, sino que reiteró lo que es un secreto a voces: el país posee un potencial torero que lo único que requiere es, oh descubrimiento, ¡torear!
Así, el aguascalentense Arturo Macías (dos orejas y triunfador del serial), el leonés Ismael Rodríguez (una oreja), el capitalino Ignacio Garibay (una oreja y dos soberbias faenas), los tapatíos Guillermo Martínez y Aldo Orozco, y el regio Alberto Espinoza El Cuate demostraron fehacientemente que quieren y pueden con el auténtico toro, no obstante el poco fogueo que tienen.
Casi simultáneamente, la empresa de Dick Acha y Carlos Quintana organizó por cuarto año consecutivo su serial en el coso La Florecita, de Ciudad Satélite, manteniendo el compromiso de echar al pequeño ruedo únicamente el toro mexicano con edad y trapío.
Fueron cinco encierros impecablemente presentados, con cara y comportamiento de reses adultas, mayor o menor bravura y estilo, pero todos dándole seriedad y emoción a lo que los diestros hicieran con ellos, de Santa Isabel, La Playa, Piedras Negras, Tenexac y Cieneguilla.
Dos actuaciones de muy altos vuelos toreros tuvo un enrachado Marcial Herce, quien cortó dos orejas y a la postre resultó el triunfador de la breve e intensa temporada, y otras dos tardes se ganó Alfredo Rodríguez, con tal pundonor y entrega que a punto estuvo de arrebatarle el premio a Herce.
Pero también destacaron por su actitud, solvencia y transmisión con el público el peruano Juan Carlos Cubas, en el festejo inaugural; el morelense Atanasio Velázquez con su enrazado lote de Piedras Negras, y el queretano Pepe Díaz, con decisión e idea frente a los de Tenexac.
Entonces, se pregunta el aficionado, ¿cuándo piensan los empresarios de provincia anunciar al lado de uno de los que figuran a Herce, Macías, Ismael, Garibay, Cubas, Orozco, Alberto Espinoza, Alfredo Rodríguez, Guillermo Martínez o Atanasio Velázquez? ¿Qué más deben hacer para que los tomen en cuenta en carteles de mayor jerarquía? ¿Seguiremos padeciendo a trillados y ventajistas ases por tiempo indefinido?
La nueva empresa de la Plaza México ya puso la muestra, así como la de La Florecita. No hay excusa pues para que Espectáculos Taurinos de México y el resto de los empresarios de los estados no sigan por ese camino. A menos que sus intereses sean extrataurinos.