13 años, edad para inicio de consumo de drogas en el DF
Ante la reducción a 10 años en la edad para la iniciación o experimentación del consumo de drogas que se generaliza en el país, la administradora federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal, Sylvia Ortega Salazar, precisó que en la ciudad de México se mantiene el promedio de 13 años. Sin embargo, aceptó que sí hay consumidores hasta de 9 y que la tendencia en la capital es empezar cada vez más pequeños.
Precisó que en lo que va de la administración no se ha presentado ninguna situación de venta de drogas en escuelas públicas, aunque se tiene registro de haber encontrado -"sólo en una ocasión"- alguna tacha en una mochila.
Señaló que en el ciclo escolar 2005-2006 de nivel básico hubo tres accidentes, dos decesos y cuatro incidentes de violencia ocurridos presuntamente por consumo de drogas.
En coordinación con el gobierno capitalino, hasta el momento la Secretaría de Eduación Pública opera tres programas preventivos contra el uso de armas o drogas, pero Ortega Salazar afirmó que no se requieren muchos proyectos, sino que sean consistentes con acciones eficaces y regulares, además de que no sean impuestos -porque tienden a burocratizarse- sino que "deben ser optativos, para que sean funcionales".
Dijo que las mediciones más recientes del fenómeno adictivo datan de 2003, y que el uso de drogas entre los alumnos de secundaria es significativamente menor al de los de bachillerato.
Asimismo, indicó que desde 2000 el consumo de cocaína en la ciudad se ha mantenido en descenso, aunque "en los últimos 10 años se ha duplicado entre los jóvenes la experimentación con mariguana, la cual es consumida por primera vez desde los 13 años, principalmente entre los hombres". Destacó que el consumo de drogas duras tiene mayor incidencia entre los hombres, y las sustancias médicas entre las mujeres; la actividad laboral de los estudiantes favorece significativamente el consumo o la experimentación, además de que el consumo de las llamadas duras se incrementa cuando los estudiantes no viven con ambos padres.
Gabriel León Zaragoza