Usted está aquí: jueves 15 de junio de 2006 Deportes En tiempo de compensación Alemania derrotó a Polonia

El tanto de Oliver Neuville puso a los germanos a las puertas de octavos de final

En tiempo de compensación Alemania derrotó a Polonia

Pese a la gran actuación del portero polaco Artur Boruc los teutones presionaron y lograron la solitaria anotación

Radoslaw Sobolewski fue echado del partido por doble tarjeta amarilla

AGENCIAS

Ampliar la imagen Neuville (10) entró al minuto 71 y anotó el gol que se le dificultó todo el partido a la escuadra alemana Foto: Ap

Dortmund, 14 de junio. Alemania quedó a las puertas de octavos de final de la Copa del Mundo al torcerle el brazo sobre la hora a Polonia, 1-0, luego de haber ejercido una tenaz presión sobre la meta de Artur Boruc, quien tuvo una actuación destacada.

Fue un gol con el último aliento, en el minuto 91 del recién ingresado Oliver Neuville, que quebró el cero que parecía inamovible.

Así el cuadro germano mantuvo su condición de líder del grupo A, con seis puntos, delante de Ecuador (tres), y el jueves jugará contra Costa Rica (sin unidades). Polonia quedó también en cero y al borde de irse del Mundial.

La escuadra polaca jugó los últimos 20 minutos con un hombre menos por la expulsión del defensa Radoslaw Sobolewski, quien se ganó doble amarilla.

Ambos equipos tuvieron posibilidades de batir el arco contrario, pero ante un estadio repleto y con la presión de una caldera la anotación parecía lo único a extrañar.

Fue un partido marcado por emociones, ritmo y despliegue físico de los jugadores de ambos lados, aunque faltó la habilidad. Era más la emoción y el deseo lo que los movía y generaba las acciones de marcar.

Además, del Westfalstadion, el de mayor ambiente de los 12 escenarios mundialistas, bajaba una presión fenomenal.

La máquina alemana empezó a funcionar después de la media hora, cuando se despertó Michael Ballack. El capitán había necesitado tiempo para encontrar su lugar en la cancha y sentirse a gusto como para empezar a crear. Aunque la mayor presión vino por la banda derecha, con Philipp Lahm.

Las oportunidades estuvieron: un cabezazo de Klose, una mediavuelta de Podolski, un derechazo de Schweinsteiger desde la media luna.

La más clara, cuando expiraban los primeros 45 minutos, fue de Podolski, goleador alemán nacido en Polonia y con medio corazón latiendo por sus raíces no pudo aprovechar estando a sólo tres metros del arco.

Sin embargo, Ballack volvió a desaparecer iniciado el complemento. El medio campo polaco aprovechó el vacío que le ofrecía Alemania que no podía.

El técnico Klinsmann se dio cuenta que tenía que imponer una señal y trajo a los 58 al ídolo local, el juvenil David Odonkor, velocísimo puntero derecho. Poco después uso a Neuvillle por Podolski: apostaba a todo o nada por el gol.

Los teutones estaban encima y hubo un momento en que el infarto se justificaba: Klose y Ballack le dieron al travesaño en forma consecutiva.

Cuando el empate estaba casi escrito en letras de hierro, Odonkor, quien llegó a la selección de último momento entre dudas de muchos, corrió como si se acabara el mundo, puso la pelota a los pies de Neuville y toda Alemania se unió en un estallido de euforia.

 
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