El más rápido de su tipo conocido hasta ahora evitará que se contaminen pruebas
Aportan mexicanos detector de rayos cósmicos a proyecto mundial
Fue instalado en el túnel que se encuentra ubicado en Suiza donde se realizan los experimentos del proyecto Alice, en el que trabajan expertos de 20 países para indagar sobre el origen del universo
Desde hace cerca de 2 mil años, las interrogantes sobre la integración de la materia y el origen del universo han ocupado las mentes más brillantes de la humanidad. Desde Demócrito hasta Albert Einstein, la discusión científica sobre esos temas, fuera de las concepciones religiosas, espirituales o dogmáticas, ha motivado teorías, experimentos, comprobaciones y, de paso, desarrollos tecnológicos que han derivado en aparatos tan de moda como los teléfonos celulares.
Desde 1990, científicos de alrededor de 20 países se unieron, en la llamada Iniciativa Científica del Milenio, para diseñar experimentos destinados a alcanzar, bajo las leyes de la física, el nacimiento del universo debido al fenómeno del Gran Estallido, o Big Bang, como se conoce entre los académicos.
Diseñaron un túnel en Suiza, cerca de la frontera con Francia, para instalar allí el proyecto Alice, o Gran Experimento de Colisionador de Iones, destinado a reproducir choques entre iones simulando precisamente el Big Bang. Colaboran científicos mexicanos de instituciones públicas de educación superior, quienes diseñaron y supervisan el proceso de construcción de los detectores frontales de multiplicidad y de disparo para la toma de datos de dicho experimento.
Choque de iones
De hecho, ya terminaron, armaron y enviaron a Suiza el sistema de detectores conocido como ACORDE, destinado a captar rayos cósmicos, el detector mundialmente más rápido en la física de las partículas elementales. Y es que el Alice y sus experimentos de choque de partículas dependen de ese detector para evitar que las partículas cósmicas "contaminen" las lecturas que los científicos esperan obtener.
Su instalación en la estructura de Alice, ubicada bajo el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, cien metros debajo de una superficie cercana a Ginebra, Suiza, cerca de la frontera con Francia, ya tuvo lugar, informaron ayer los científicos mexicanos que participan en el proyecto, durante una conferencia de prensa.
Alejandro Frank Hoelfich, director del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (ICN-UNAM); Guy Paic, miembro de ese instituto; Gerardo Herrera, jefe del departamento de Física del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-IPN), y Sergio Vergara, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), explicaron que, luego de cinco años de haber iniciado las investigaciones, el ACORDE ya fue instalado, y que uno de los primeros resultados ha sido la formación de cuadros científicos en el país, capaces de participar en proyectos internacionales, además del desarrollo de tecnologías ciento por ciento mexicanas para otro tipo de aplicaciones, inclusive nuevos aparatos para realizar mamografías o exploración de pecho.
Queremos saber qué hay más allá del espejo, comentan
Se trata, coincidieron, del proyecto científico multinacional más ambicioso en la historia y, a pesar de la seriedad con que la comunidad internacional ha respondido, la imaginación común decidió bautizarlo como Alice, en referencia a la novela de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas. "La analogía se debe a que los científicos, como Alicia en la obra, buscamos ver qué hay más allá del espejo, o que se esconde dentro de la madriguera del conejo, y retrasar su reloj a los primeros momentos del universo", dijo Frank Hoeflich.
Y, en el caso de los científicos mexicanos, también tienen a su cargo el diseño y construcción de otro detector para el mismo experimento, llamado V0, para la determinación de la centralidad del encuentro de los iones, mismo que estará listo para finales de este año.