Urge la participación social, coinciden especialistas
Escasez y baja calidad del agua, asunto de seguridad nacional
Fugas en zonas de riego equivalen al consumo urbano
De continuar aplicando una ley de aguas nacionales "regresiva y porfirista", que pretende atender el problema del líquido como asunto de "pesos y centavos", se elimina cualquier posibilidad de impulsar un manejo integral del recurso y de garantizar un acceso equitativo a la población, aseguró Félix Hernández Gamundi, especialista en recursos hídricos.
Al presentar el libro Los retos de la gestión del agua en la ciudad de México, criticó el abandono de los problemas que enfrenta el abastecimiento, la calidad y el acceso al líquido: "es lamentable que en la agenda nacional y local, el recurso sólo aparece como un tema errático y parcial, y no como un asunto de interés nacional".
Afirmó que acciones como la reforma al marco jurídico en materia de recursos hídricos y la construcción de una nueva política de Estado no puede posponerse, por el incremento de los problemas de escasez y baja calidad del recurso que afecta a la mayoría de la población.
Hernández Gamundi, coordinador de la obra, insistió en que sólo la participación de la sociedad y de los movimientos ciudadanos para reclamar nuevas reglas y una visión que no limite el problema del agua a un asunto económico, podrá generar la construcción de una política integral de atención al uso y explotación de los recursos hídricos, "que necesariamente deben incluir la producción de alimentos, la conservación de bosques y suelo, así como un programa de protección a las zonas de recarga de los acuíferos".
En el acto, donde participaron Víctor Suárez, diputado federal; Víctor Varela, legislador local, y Amapola Grijalva, especialista en el tema, Hernández Gamundi señaló que no es posible impulsar un manejo integral de los recursos hídricos si antes no se resuelve el desequilibrio en el uso de este recurso en el campo mexicano, donde, afirmó, "se contamina 16 veces más el caudal utilizado en las zonas de riego, que toda la contaminación generada en las grandes ciudades del país".
A esto se suma, indicó, que si se lograra reducir tan sólo en 10 por ciento las fugas de agua en las zonas de riego del país, equivaldría a un ahorro que representa el consumo total de todas las zonas urbanas del país.
Por su parte, Amapola Grijalva, especialista en la participación social en la toma de decisiones sobre los recursos hídricos, aseguró que sin la participación democrática de los ciudadanos en los órganos de decisión sobre el uso y distribución de los recursos hídricos, "no es posible garantizar un acceso equitativo y de calidad que garantice un consumo de agua suficiente, pero sin llegar a la sobrexplotación de los recursos".
Indicó que la participación social en la gestión del agua ha sido un éxito en ciudades como Porto Alegre, Brasil, donde la comunidad ha consolidado la autonomía del organismo regulador con una "continua participación desde los distritos de barrio y las comunidades, para garantizar que las decisiones beneficien a la mayoría y los recursos se inviertan en mejorar la infraestructura hidráulica".