Mujaidines se adjudican secuestro de efectivos de EU
Tres soldados estadunidenses, acusados de triple asesinato en Irak
Bagdad, 19 de junio. Tres soldados de Estados Unidos fueron acusados de asesinato e intento de asesinato en conexión con las muertes de igual número de iraquíes detenidos, mientras la fiscalía general iraquí pidió la pena de muerte para el depuesto ex presidente Saddam Hussein.
Los tres iraquíes detenidos murieron en una operación realizada por el ejército invasor el 9 de mayo cerca del canal de Thar Thar en la provincia de Salaheddin.
Un suboficial y dos soldados, miembros de la 101 división aerotransportada, fueron acusados en Tikrit de violar varios artículos del Código Militar, referentes a asesinato, intento de asesinato, amenazas, conspiración y obstrucción de la justicia.
Este es el último de una serie de casos sobre presunta participación de soldados estadunidense en la muerte de civiles iraquíes. La más grave de ellas es la acusación de que marines mataron en Haditha a 24 civiles en noviembre del año pasado, luego que un militar estadunidense murió al estallar una bomba colocada a orillas del camino.
También hay una investigación en curso sobre las acusaciones de que marines estadunidenses mataron a tiros a un iraquí en el pueblo de Hamandiyah en abril pasado, y dejaron una pala sobre su cuerpo para que pareciera que colocaba una bomba a orillas del camino.
Paralelamente, en Italia, el tribunal de Roma pidió la apertura de un juicio contra el soldado estadunidense de origen latino, Mario Lozano, por la muerte del jefe de los servicios secretos italianos en Irak, Nicola Calipari, asesinado por una patrulla cerca al aeropuerto de Bagdad, indicaron fuentes judiciales.
Calipari murió el 4 de marzo de 2005 en Bagdad por disparos estadunidenses cuando acompañaba al aeropuerto de esa ciudad a la periodista Giuliana Sgrena, del diario Il Manifesto, y quien acababa de ser liberada tras haber permanecido secuestrada un mes.
Clasificado como persona con paradero desconocido, Lozano podrá ser juzgado en rebeldía si existen elementos suficientes.
En tanto, el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, admitió que su país desestimó la fuerza de la insurgencia iraquí tras la invasión en marzo de 2003.
A su vez, el fiscal general del Alto Tribunal Penal iraquí, Jaafar Musaui, pidió la pena de muerte para el depuesto ex presidente Hussein, su hermanastro Barzan Tikriti, y el ex vicepresidente Taha Yasin Ramadan, por la matanza de 148 campesinos chiítas en Dujail, tras un ataque frustrado contra el vehículo presidencial en 1982.
Pidió penas moderadas para cuatro coacusados y el abandono de las diligencias judiciales contra el octavo. La próxima audiencia del juicio fue fijada para el 10 de julio y el veredicto está previsto para mediados de septiembre.
En tanto, el Consejo Consultivo de los Mujaidin, vinculado a la red Al Qaeda, dijo haber secuestrado a dos soldados estadunidenses, declarados desaparecidos el viernes en el sur de Bagdad, y a cuatro diplomáticos rusos, cuya libertad condicionó a que Moscú abandone Chechenia y libere a los presos musulmanes en 48 horas, según un comunicado publicado en Internet, cuya autenticidad no ha sido verificada.
La declaración añadió que secuestró a un quinto diplomático al que dio muerte. El grupo parecía referirse a un ataque contra la embajada rusa en Bagdad el 3 de junio, en el que un empleado fue abatido y cuatro fueron secuestrados. Rusia pidió la "inmediata liberación" de los cuatro diplomáticos, si bien no se refirió al comunicado.
El ejército estadunidense no dio mucha credibilidad a la publicación, que refirió que los soldados fueron secuestrados cerca de la localidad de Yusufiya, pero en Washington, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declaró que la desaparición de los militares causa gran inquietud, e indicó que el ejército de su país "está listo para hacer todo lo que sea posible para encontrarlos".
Esto mientras la violencia cobró la vida de 27 personas, ocho de ellas en tres atentados en Bagdad, a pesar del operativo en el que participan 50 mil soldados, entre ellos unos 7 mil estadunidenses.
En la sureña Basora se busca aplicar un plan de seguridad como el de Bagdad, indicó el ministro de Defensa británico, Des Browne, quien se encuentra de visita en el país.
De otro lado, las autoridades iraquíes y la fuerza multinacional liberaron a un nuevo grupo de 50 prisioneros de los 2 mil para favorecer una reconciliación nacional.