Con muros entre países no se solucionará nada, dicen
Obispos constatan abusos en la frontera sur del país
Villahermosa, Tab., 20 de junio. Obispos de México, Centroamérica y Estados Unidos fueron alertados por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) de que la frontera sur del país es "una zona peligrosa por la venta y tráfico de armas e indocumentados".
Ante ello, los prelados debieron acortar su estancia en el municipio de Tenosique, donde por primera vez coincidieron para verificar la situación que prevalece en el área y así profundizar en su análisis sobre la problemática de la migración. Concluyeron que, a diferencia del norte, en esta región es mayor el número de asaltos, violaciones y asesinatos.
En testimonios que recogieron entre 22 indocumentados detenidos por el INM, también constataron que hay múltiples violaciones a los derechos humanos de centroamericanos que pasan por México para ingresar a territorio estadunidense.
Principalmente se quejaron de la falta de alimentos. "Nos han negado comida, a pesar de que les pedimos que con nuestro dinero nos manden a comprar siquiera unos refrescos", relató Selvin Canales, de 24 años. Todo ello pese a que esta zona es atendida por el Grupo Beta, organismo gubernamental creado en este sexenio para la atención de los migrantes.
"Nos preocupa que miles de mexicanos y centroamericanos estén dejando sus países y arriesgando su vida por cruzar a Estados Unidos", señaló el presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Humana, Renato Ascensio, obispo de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Momentos antes, en El Ceibo, localidad ubicada en los límites entre Guatemala y Tenosique, Miguel Angel Barrera, representante del INM, les informó que por esa zona han cruzado 16 mil centroamericanos en los recientes seis meses.
Por eso, dijo, el religioso de El Paso, Texas, Armando Ochoa, "creemos que la migración debe ser atendida y esto lo hemos platicado con las autoridades de los países involucrados". Y la construcción de un muro fronterizo entre México y Estados Unidos "en nada" solucionará el flujo migratorio, resaltó por su parte el obispo de San Bernardino, Gerald Barnes. "Ya no queremos más muertes y sí queremos un mejor trato para los migrantes."
Una solución, planteada por el jerarca católico de Tabasco es que el gobierno mexicano otorgue permisos "de paso" a los centroamericanos para evitar que los agentes de migración "les quiten" su dinero.