El presidente francés inauguró el recinto aledaño al río Sena y la Torre Eiffel
Chirac: el Museo del Quai Branly es una lección de humanidad para Francia
Diálogo de culturas de varias latitudes mediante un acervo de 3 mil 500 piezas
Su emblema es la reproducción gigantesca de una figura prehispánica mexicana
Ampliar la imagen Jacques Chirac, presidente de Francia, ayer durante la inauguración del Museo de las Artes Primeras, en París. Junto al mandatario aparece una reprodución en gran formato de una figura femenina de la zona arqueológica de Chupícuaro, Guanajuato, emblema del naciente recinto. A la derecha, la Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, al lado de Chirac Foto: Reuters
Ampliar la imagen Jacques Chirac, presidente de Francia, ayer durante la inauguración del Museo de las Artes Primeras, en París. Junto al mandatario aparece una reprodución en gran formato de una figura femenina de la zona arqueológica de Chupícuaro, Guanajuato, emblema del naciente recinto. A la derecha, la Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, al lado de Chirac Foto: Reuters
París, 20 de junio. El presidente francés Jacques Chirac, cuyo gusto temprano por el arte ''primitivo" es anecdótico y lo ha hecho destinatario de espléndidas muestras de distintas culturas, como regalo de mandatarios extranjeros, inauguró hoy un museo destinado a albergar este tipo de arte, en el Quai Branly, junto al Sena y bajo la Torre Eiffel.
Así como el presidente Georges Pompidou construyó el museo de arte contemporáneo que lleva su nombre y François Mitterrand edificó la Pirámide del Louvre, Chirac hizo ''el suyo" con base en las colecciones que estuvieron en los museos de Artes, de Africa y Oceanía, en la Porte Dorée, y del Hombre, en Trocadero, enriquecidas con donaciones hasta alcanzar un conjunto de 3 mil 500 piezas.
Con un presupuesto de 235 millones de euros, el arquitecto Jean Nouvel construyó cuatro edificios reunidos por una sala de exposiciones de 200 metros de largo.
Aborígenes australianos fueron invitados para decorar una fachada y sobre otra se hizo crecer un tupido jardín vertical, mientras que en un lado sobresalen ''cajas" coloridas que al interior forman recintos íntimos.
Como sea, el visitante casi no encuentra muros ni puertas y puede ir de una cultura a otra con sólo dar unos pasos.
Inteligencia, cultura e historia
El Museo del Quai Branly se hizo para dar ''una lección de humanidad indispensable para nuestro país", dijo el presidente Chirac, quien insistió en su discurso inaugural sobre el ''diálogo entre culturas (y en) hacerles justicia".
Bajo la imagen emblemática del museo, reproducción gigante de una figura prehispánica mexicana, y frente a sus invitados, entre los cuales figuraron el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y la Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, dijo Chirac:
''Estas artes, dichas primeras, son ricas en inteligencia, cultura e historia, sus obras maestras no tienen nada que envidiar a las del arte occidental... (el museo servirá) para que el más vasto público adquiera una mirada más abierta, más respetuosa y comprensiva, sin las brumas de la ignorancia, la condescendencia y la arrogancia que han alimentado la desconfianza de unos y el desprecio de otros."
Quienes interpretaron estos deseos del presidente Chirac, decidieron que para lograr el respeto de los europeos debían sacar las obras de su contexto social y ''elevarlas" -en el sentido del pensamiento occidental- a la categoría del ''arte".
Sin embargo, no hallaron un nombre apropiado para designar el extraordinario conjunto plástico producido por las más diversas culturas a lo largo de varios milenios y la mayoría prefiere mencionar el nuevo museo como del Quai Branly y no por su nombre: de las Artes Primeras.