La maniobra republicana de postergar su aprobación provoca mayores divisiones
Lejana, la reforma migratoria; crecen los delitos de "odio" en Estados Unidos
El tema se está convirtiendo además en un asunto meramente electoral
Nueva York, 21 de junio. La maniobra del liderazgo republicano en el Congreso que dejó moribunda a la reforma migratoria -lo cual fue nota de primera plana en los principales diarios del país- convierte ahora el tema en un asunto electoral que no sólo opaca más la posibilidad de lograr un acuerdo este año, sino profundiza las ya graves divisiones sobre el punto y nutre el clima antimigrante del país.
Líderes republicanos de la Cámara de Represetantes anunciaron ayer que realizarán una serie de audiencias en diversos puntos del país y ante varios comités en el Congreso sobre los dos proyectos de ley de migración aprobados, uno por cada cámara. Las audiencias se realizarían, informaron, durante julio y agosto próximos.
La versión de la cámara baja, también conocida como proyecto de ley Sensenbrenner, se enfoca exclusivamente en medidas de seguridad y control fronterizo, mientras que la versión del Senado incluye la legalización de algunos indocumentados y un programa de trabajadores temporales; el siguiente paso del proceso era que ambas cámaras nombraran comités de negociación para homologar estas propuestas y armar un solo proyecto que sería sometido a votación en ambas instancias antes de ser enviado al presidente para ser promulgado.
Pero en lugar de nombrar un comité de negociadores, el liderazgo de la Cámara de Representantes preparó un sorpresa para evadir el siguiente paso y postergar la negociación, lo cual pone efectivamente en jaque los intentos de los promotores de una reforma, incluyendo al propio presidente George W. Bush, para lograr promulgar una ley este año. Los líderes señalaron que no estarían dispuestos a nombrar un comité de negociación hasta concluir la ronda de audiencias lo cual, al parecer, no sería hasta septiembre. Sin embargo, en septiembre arranca la fase final de las elecciones legislativas que culminan a principios de noviembre, y eso hace menos probable el que legisladores se atrevan a actuar en un tema tan controvertido.
El presidente de la cámara, Dennis Hastert, y el líder de la mayoría, John Boehner, justificaron la postergación como un intento para examinar de la manera más amplia el contenido de las propuestas en los proyectos de ley, pero la maniobra fue obviamente parte de una estrategia político-electoral para intentar anular las posibilidades de una reforma y buscar usar el tema como arma electoral contra los demócratas.
Hoy, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, lo entendió así y declaró: "los republicanos pueden intentar distanciarse de su terrible récord sobre inmigración, pero el pueblo estadunidense sabe que su discurso está vacío. Son los propios republicanos quienes tienen la responsabilidad de aprobar una reforma integral sobre migración y han fracasado en hacerlo".
El senador Edward Kennedy acusó que esta maniobra sólo es "un esfuerzo cínico para postergar o matar un proyecto de ley de reforma integral", mientras que el senador Harry Reid, líder de la bancada demócrata, retó al presidente a imponer orden en su partido y demostrar su compromiso de lograr una reforma migratoria.
Los Angeles Times deploró la maniobra, en un editorial publicado hoy, la maniobra y señaló que "los líderes republicanos apenas pueden ocultar su preferencia por la política divisionista sobre la política sana". Caracterizando las audiencias como un "disparate", sostiene que los republicanos en la cámara baja "prefieren seguir agarrados de la peligrosa fantasía de que un muro masivo y militarizado debe ser aprobado antes de que inicien discusiones sobre qué hacer con los millones de trabajadores indispensables, que ya se encuentran aquí".
El diario angelino advierte que esto podría tener graves consecuencias electorales. "Cuando el partido en el poder opta por una estrategia de campaña que demoniza a un sector de la población (...) Si la inacción y la xenofobia es todo lo que le queda a ese partido, estos podrían ser sus últimos 100 días (en control político)".
Sin embargo, el liderazgo republicano está apostando a que su oposición a una propuesta de "amnistía" para migrantes -la versión aprobada en mayo por un voto bipartidista en el Senado- los ayudará a mantener el control del Congreso. Aunque sería una derrota para Bush, la estrategia es acusar a los demócratas de no preocuparse por la seguridad nacional y el control de la frontera, pero evitando dañar al presidente.
Si no se logra un acuerdo legislativo antes de las elecciones de noviembre, el Congreso podría aprobar una reforma en diciembre. Sin embargo, eso también sería difícil, pues en esa etapa concluye el periodo de esa lesiglatura. Si no se logra nada, todo deberá empezar de nuevo en 2007.
Mientras tanto, el vacío político que esto deja sólo nutre más el clima antimigrante en el país. Sin soluciones nacionales, diversas entidades enfrentan el asunto a su manera, casi siempre con medidas punitivas. Por ejemplo, el pueblo de Hazleton, en Pennsylvania, está por aprobar una legislación local que revocaría las licencias de operación de todo negocio que contrate a indocumentados, impondrá multas de mil dólares a caseros que renten vivienda a indocumentados e impondrá el inglés como el idioma oficial. En el pueblo de Lawrenceville, Georgia, la biblioteca pública anunció que ya no compraría literatura en español para su colección.
En tanto siguen registrándose delitos "de odio" contra migrantes latinos, y grupos conservadores generan mayor hostilidad y hasta violencia en varios puntos del país.