La propia pobreza impide alcanzar crecimiento alto y sostenido en AL, afirma
Invertir en los pobres es buen negocio para todos, dice economista del Banco Mundial
Montevideo, 21 de junio. ''Invertir en los pobres es un buen negocio para todos'', dijo Guillermo Perry, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, al presentar este miércoles en Montevideo el informe Reducción de la pobreza y crecimiento: Círculos virtuosos y círculos viciosos.
Perry señaló en declaraciones a radio El Espectador que ''la paradoja de que haya tan altos niveles de pobreza en una región como América Latina, tan rica en recursos naturales y en la misma capacidad de su gente, se debe a dos factores fundamentales: un crecimiento económico modesto, o mediocre (...) y la permanencia de niveles muy altos de desigualdad.
''Esas dos cosas llevan a que todavía haya porcentajes importantes (de pobreza). Una cuarta parte de los latinoamericanos vive por debajo de dos dólares por día, que es una cifra realmente dramática'', afirmó Perry, coautor del informe, con los economistas Omar Arias, Humberto López, William Maloney y Luis Servén.
América Latina, que tiene índices de movilidad social ''muy bajos'', históricamente no se ha acercado al ingreso de los países ricos y ''en términos de desigualdad, es la región junto al Africa sub-Sahara con los niveles de desigualdad más altos del mundo'', agregó.
''La probabilidad de un muchacho que nace en una familia pobre de América Latina de salir de la pobreza no supera el 50 por ciento'', dijo Perry. ''No es que sea imposible, pero es difícil''.
''Cuando hay un grupo significativo de familias pobres que no están pudiendo invertir lo suficiente ni en sus negocios, ni en su tierra, ni en sus hijos (...) pues el país como un todo va a tener menores niveles de inversión (...) y de crecimiento'', afirmó.
Por eso ''invertir en los pobres es buen negocio para todos: obviamente para los pobres (...) pero que la sociedad les ayude a los pobres a beneficiarse y a contribuir al proceso de crecimiento favorece a la totalidad'', aseveró.
''Ahí es donde está la posibilidad de que haya círculos viciosos o virtuosos, de que uno pueda salir de un círculo vicioso hacia un círculo virtuoso de alto crecimiento, rápida reducción de la pobreza, que a su vez ayuda a mantener altos crecimientos'', dijo Perry.
El informe del BM sostiene que ''si bien el crecimiento es clave para la reducción de la pobreza, es la propia pobreza la que impide alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenidas en América Latina''.
China tuvo un crecimiento anual per cápita de 8.5 por ciento entre 1981 y 2000, lo que redujo la pobreza en 42 puntos porcentuales, mientras el PIB per cápita de América Latina disminuyó 0.7 por ciento durante los años 80 y aumentó 1.5 por ciento anual en los 90, sin generar cambios significativos en los niveles de pobreza, señala el documento.
Entre las estrategias de lucha contra la pobreza, el informe insta a ''mejorar la calidad de la educación, ampliar la cobertura en los niveles secundarios y terciarios, e impulsar inversiones en infraestructura para beneficiar a las regiones rezagadas y aumentar el acceso de los pobres a los servicios públicos''.
Asimismo, exhorta a ampliar el acceso a servicios crediticios y financieros, mantener la estabilidad macroeconómica y poner en marcha políticas sociales eficaces para transferir dinero a las familias pobres, siempre y cuando éstas mantengan a sus hijos en la escuela y los lleven al médico.
Por otra parte, el informe indica que las estrategias de lucha contra la pobreza son importantes para complementar la liberalización del comercio que ''es esencial para el crecimiento a largo plazo y la lucha contra la pobreza'', pero que ''puede tener efectos negativos a corto plazo sobre la pobreza y la desigualdad''.
El informe también recomienda mejorar ''la equidad de los programas de gasto público orientándolos hacia quienes realmente los necesitan, en lugar de gastar recursos en subsidios a los sectores acomodados, tales como el consumo de energía, las pensiones y las universidades públicas.
''Transformar el Estado en un agente que promueva la igualdad de oportunidades y practique la redistribución eficaz es quizás el desafío más urgente que enfrenta América Latina a la hora de poner en marcha mejores políticas, que estimulen el crecimiento y al mismo tiempo reduzcan la desigualdad y la pobreza'', concluye.