Usted está aquí: viernes 23 de junio de 2006 Mundo Patria, familia y religión, dominan la campaña electoral en Estados Unidos

Prohibir la quema de banderas, insensato, pero redituable, reconoce la prensa

Patria, familia y religión, dominan la campaña electoral en Estados Unidos

Dios, electo líder del Partido Republicano en Texas; ateos, minoría discriminada

Impulsan legisladores definición de matrimonio que excluye a los homosexuales

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 22 de junio. Ya que arranca la temporada electoral en Estados Unidos, de pronto y por todas partes, florece el patriotismo, la defensa de "la familia" y por supuesto, Dios.

El Congreso está considerando, una vez más, un proyecto de ley para enmendar la Constitución que impondría penas criminales por el delito de "profanación física" de la bandera estadunidense. La Cámara de Representantes y el Comité Judicial del Senado ya aprobaron la medida y ahora está en espera de un voto en el pleno de la Cámara alta donde requiere una mayoría de dos tercios (aunque podría fracasar, ya que sólo tendría el respaldo de la mayoría simple). Si se aprueba, tendrá que ser aprobada por lo menos por 38 de las 50 legislaturas estatales para lograr modificar la Carta Magna del país.

Pero, ¿hay una amenaza real a la bandera?, ¿hay una epidemia de incidentes en donde se queme el símbolo nacional? Uno supondría que sí, dada la apasionada retórica de los promotores de esta medida, y el hecho de que goce del apoyo de la mayoría de los políticos electos en Washington. Pero nadie ha logrado detectar tal peligro, aunque sí es obvia otra cosa.

"Con elecciones legislativas aproximándose, el liderazgo republicano ha encontrado un tema central... la grave amenaza a América conocida como la quema de banderas... Sí, ese favorito de años electorales está de regreso...", opinó esta semana el Washington Post en un editorial.

El Houston Chronicle comentó: "no tiene sentido incendiar la Carta de Derechos para prevenir que algunos pocos protesten de una manera que muchos ven como ofensiva. El derecho de expresarnos en público y participar en protestas está al centro de nuestro sistema de gobierno. La única manera de profanar efectivamente la bandera estadunidense sería minar la libertad de la cual es símbolo". La Suprema Corte falló en 1989 que la profanación de la bandera era un acto protegido bajo las garantías constitucionales de libre expresión, lo cual anuló leyes que prohibían tal actividad en 48 estados.

Irónicamente, si Estados Unidos aprueba esta enmienda constitucional, se sumará a tres países que, supuestamente, son sus adversarios ideológicos: China, Irán y Cuba, según el veterano comentarista Nat Hentoff.

Aunque él, junto con decenas de rotativos, organizaciones de defensa de libertades civiles y casi todo ciudadano sensato ha reprobado esta obvia campaña demagógica, y que viola la libertad de expresión consagrada en la misma Constitución, para los políticos parece rendir frutos. Vale señalar, como seguramente lo saben ellos, que según una reciente encuesta de CNN, 56 por ciento de los estadunidenses apoya la enmienda contra la profanación de la bandera, mientras 40 por ciento se opone.

El otro gran tema en esta coyuntura es la defensa del pilar fundamental de la familia: el matrimonio como contrato sagrado entre un hombre y una mujer. Hay iniciativas para imponer esa definición en el marco legal del país como defensa contra el matrimonio gay, algo que preocupa profundamente a los legisladores republicanos y al presidente.

Y por supuesto, detrás y por encima de todo esto está Dios. En este, el país más religioso del mundo "avanzado", Dios es, según el presidente y casi todos los políticos, quien dicta la dirección política de la nación. Como reporta la periodista Molly Ivins, Dios ha sido electo como líder del Partido Republicano en Texas. El hecho fue anunciado hace un par de semanas en la convención bianual del partido en San Antonio cuando se declaró: "El es el presidente del partido".

No solo eso, sino según el Harper's Index, los ateos (seguidos por musulmanes y en tercer lugar, afroamericanos), son la minoría que los estadunidenses mencionan como la menos deseable para que sus hijos contraigan matrimonio.

Mientras tanto, en nombre de "América" y el patriotismo, en defensa de la familia y más, se promueve el movimiento antimigrante en este país. En Arizona, legisladores estatales han decidido poner a votación ciudadana medidas para negarle a indocumentados asistencia estatal a programas para niños, clases de educación para adultos y asistencia financiera para estudios universitarios. También estaría en juego establecer el inglés como idioma oficial del estado que implicaría que toda función del gobierno estatal tendrá que ser realizada sólo en inglés. Esta, como tantas cosas más, entre ellas obstaculizar cualquier programa de legalización en la reforma migratoria a nivel nacional, son presentadas a nombre de la integridad de esta nación.

Como bromeó hoy el editorial del New York Times al criticar la decisión del liderazgo republicano del Congreso de postergar un acuerdo sobre la reforma migratoria, "dado los temas que recientemente han preocupado al Congreso, uno se pregunta por qué los republicanos simplemente proponen un proyecto de ley destinado contra mexicanos, liberales, ilegales, gay y quemadores de banderas, y acabar con todo así".

Mientras tanto, se aproxima el 4 de julio, Día de la Independencia, cuando se celebra el nacimiento de este país, bajo Dios (como dice el juramento oficial a la bandera), cuando todo se pintará de los colores patrios y durante ese puente se consumirán unos 150 millones de hot dogs según datos del Consejo Nacional de Hot Dogs y Salchichas (en serio), citado por Harper's.

Casi nadie recordará la célebre frase del doctor Samuel Jonson: "El patriotismo es el último refugio de un villano".

 
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