Usted está aquí: viernes 23 de junio de 2006 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Paez

De balones y pitones

Pasmo económico mundial

Segunda muerte de Lorca

CADA CUATRO AÑOS el mundo se balompediza y el elemental y popular juego del futbol vuelve a demostrar con qué simplicidad se aumenta el rating, la publicidad y los ingresos, y que el enfrentamiento entre dos equipos de 11 jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón en la portería contraria conforme a reglas determinadas -la más importante es que el esférico no puede ser tocado con manos ni brazos por los contendientes- paraliza actividades, hace descender la productividad en los países, revela sensibilidades, reitera credulidades y confirma capacidades.

EL POETA ESPAÑOL federico García Lorca, con su fina percepción de lo que está más allá de la vista, afirmó pocos meses antes de ser asesinado: "Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo". Si 70 años después viese lo que el mundo entiende por cultura y consume como tal se habría vuelto a poner frente a los pobres diablos que lo fusilaron el siglo pasado.

EN 1934 OTRO genio de la apreciación del ser humano, el argentino Enrique Santos Discépolo, decía en su esclarecido tango Cambalache: "Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.../ ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!/ ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón..!", por lo que al concluir la Segunda Guerra Mundial los alertas monitores del destino de la humanidad decidieron "humanizarla" mediante un invento fantástico: la televisión, que al mismo tiempo que distrae a las masas contribuye a su creciente cretinización, entre otras formas, vía el culto del cuerpo humano, "bello y sano", mediante el gran negocio de los deportes comerciales, con el futbol a la cabeza.

LA EMOCIONANTE POSIBILIDAD de extasiarse con 22 musculosos muslos luchando a pierna partida por el orgasmo de un gol tiene detrás todo un aparato de transmisión, información y difusión masiva de reglas, estadísticas, récords, análisis y hasta vida y milagros de sus principales astros -excepto salarios. Así que antes que la naturaleza del futbol como deporte-espectáculo, la decisión es hacer de éste el gran negocio adormecedor.

LA FIESTA DE LOS TOROS es muy otra cosa, precisamente porque requiere de ese ingrediente vetado o rediseñado por la televisión, la cultura, entendida no sólo como conocimientos, modos de ver la vida, desarrollo artístico, científico, industrial y muchos etcéteras más, sino sobre todo como apreciación y valoración de uno mismo, del cultivo de la propia conciencia.

APRENDER A TOREAR es tan difícil como aprender a criar toros o incluso verlos en el ruedo. Esta falta de conciencia tiene su origen, por un lado, en la escasez de buenos maestros, buenos alumnos, buenos promotores, buenos cronistas, buenas autoridades, y por el otro, en la ausencia de difusión masiva del espectáculo taurino, de sus reglas, de programas de análisis, de publicaciones útiles, y el prejuicio de que no es un espectáculo "moderno".

ESTO HA VUELTO MAS EXCITANTE, de 50 años para acá, que 22 piernas intenten meter balones que un par de muslos enroscarse unos pitones. Lorca, discépolo: ¡salud!

 
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