México SA
Apostarle a algo distinto, retroceso ¿para quién?
Los únicos ganadores hasta ahora han sido los grandes hombres de negocios
Ampliar la imagen José Luis Barraza, presidente del Consejo Coordinador Empresarial FOTOJosé Carlo González
Tres días atrás orondo y retador aseguraba que "los mantendremos indefinidamente", pero no fue así. Los promocionales filo calderonistas que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) paga en los medios electrónicos de comunicación para inducir el voto saldrán del aire, simple y llanamente porque violan el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.
La cabeza visible del CCE, José Luis Barraza, los intereses políticos de sus representados y el candidato oficial a la Presidencia de la República reciben así un atento mensaje del lerdo Instituto Federal Electoral: sólo los partidos políticos están legalmente autorizados a transitar por la ruta que el organismo privado intentó caminar, como lo establece el artículo 48 del Cofipe (es derecho exclusivo de los partidos contratar tiempos en radio y televisión para difundir mensajes que promuevan el voto durante las campañas electorales).
No es un asunto de "libertad de expresión", como aseguraba una consejera electoral defensora a ultranza del Consejo Coordinador Empresarial (Alejandra Latapí Renner, casualmente ex empleada de ese organismo privado, en el que laboró como responsable del enlace legislativo CCE-Cámara de Diputados), sino de legalidad.
Los promocionales de la llamada cúpula de cúpulas (aunque la verdadera -el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y sus 35 barones, con cerca de 40 por ciento del producto interno bruto en sus bolsillos- sólo aparece como una organización "asociada" al CCE) "invita" a los mexicanos a que ni se les ocurra modificar las "exitosas" políticas de la última década: "apostarle a algo distinto implicaría retroceso".
Tras escuchar el mensaje, de inmediato surge la duda: ¿retroceso para quién?, porque en esa década, por no referir los últimos cinco lustros de modelo económico, los únicos ganones han sido los empresarios "invisibles" representados por el muy visible José Luis Barraza.
Una década de desempleo creciente, incremento de la nómina de marginados, expulsión masiva de mano de obra y tantas otras gracias a la hora de hacer el balance, no parecen buenas referencias como para avalar el mensaje del Consejo Coordinador Empresarial sobre el "retroceso" en caso de "apostarle a algo distinto".
En cambio, si se consideran los escasos nombres de empresarios asociados a la venta de garage de los bienes nacionales, la acumulación de fortunas fast track, los "rescates" de negocios privados con recursos públicos, el descarado tráfico de influencias, la información privilegiada, la exención y evasión fiscales y demás bellezas del modelo, entonces es indudable que el grueso de los mexicanos estaría más que dispuesto a "apostarle a algo distinto", para saber si así les cambia el panorama.
Dentro de estos últimos existirán miles de empresarios (micro, pequeños y medianos) que en esos diez años no han visto una y han defendido con las uñas sus negocios frente al embate del fantasma de la quiebra. No es el caso, desde luego, de los barones "asociados" al CCE, porque ya sea el presidente de dulce, de chile o de manteca no han dejado de engrosar sus de por sí abundantes haberes.
Entonces, ¿de qué retroceso habla la supuesta cúpula de cúpulas?, porque los únicos ganadores de la temporada han sido los "hombres de negocios" representados por José Luis Barraza, quienes no sólo intentan inducir el voto sino inyectar miedo, mucho miedo a escasos días de los comicios. No lo lograron el jinete sin cabeza, su partido y su candidato, menos los barones.
José Luis Barraza asegura que el "mensaje" de marras "representa el punto de vista de la iniciativa privada". En todo caso, será el de los barones, no más. Y como a estas alturas no es permitido publicar encuestas, baste mencionar que en Estados Unidos el Credit Suisse First Boston, una de las instituciones bancarias de mayor peso en la comunidad financiera internacional, realizó una consulta con inversionistas mexicanos y extranjeros, quienes mayoritariamente dan como ganador de los comicios del 2 de julio a cierto candidato que en definitiva no es chaparro, pelón y ni usa lentes.
En aquel intento de desafuero, el propio Credit Suisse First Boston advertía: "... el riesgo que decidió tomar el gobierno foxista quizá sea tan alto como inútil. Retirar la inmunidad constitucional no garantiza que López Obrador quede fuera de la contienda presidencial... El juicio de desafuero es un claro intento de grupos con intereses especiales de descarrilar la candidatura presidencial del político más popular, bajo medios por demás cuestionables...". Y de eso, el CCE sabe lo suyo.
Las rebanadas del pastel:
Manuel Espino, ese oscuro personaje de la ultraderecha clerical, exigió el domingo a los ciudadanos que no se apejendejen a la hora de emitir su voto. Tiene razón, no hay que sufragar por un candidato que a los mexicanos promete, en línea con Vicente Fox, un futuro venturoso con ideas y prácticas del siglo XVI.