Balance de la Jornada
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Penalty, sentencia de muerte en la que el verdugo puede ser la víctima", escribió el brasileño Ar-mando Nogueira. Y este monopolio lo empezaron a disputar ayer los suizos al Tri.
Fallaron tres al hilo, con lo que Ucrania se convirtió en rival de Italia. Los azzurri avanzaron mediante un penal polémico, aunque lo que siguió levantando el polvo en el Mundial fue el duelo entre Portugual y Holanda.
El mismo presidente de la FIFA, Joseph Blatter, arremetió contra el árbitro ruso Ivanov, mientras en Portugal los diarios resaltaban la victoria en la "guerra de Nuremberg".
El clima bélico, por cierto, no debe extrañar si en la banca de alguno de los contendientes se encuentra Luiz Felipe Scolari.
La agencia AFP recordó ayer que, para Felipao, el futbol es una batalla, en la que hay que matar o morir.
En junio de 1999 , luego de que Scolari conquistara con el Palmeiras la Copa Libertadores, la agencia Reuters informó que el entrenador brasileño no sólo había sido acusado de agredir a otros colegas, sino a periodistas, y frecuentemente se le relacionaba con rencillas e intercambio de insultos con jugadores rivales.
Aún así, él insistía en que no era distinto a otros técnicos brasileños. "Los otros entrenadores dicen que no les indican a sus jugadores hacer eso (cometer faltas), pero el hecho es que yo soy estúpido, porque digo la verdad, mientras los demás están mintiendo", se defendía.
No faltó quien lo criticara ni le aplaudiera por su "honestidad". Sin embargo, Scolari no siempre dice la verdad.
En noviembre del 2001 rechazó haber recurrido a una consulta astrológica para definir la alineación de Brasil en dos partidos de la eliminatoria mundialista. "No creo en el horóscopo y convoco a los jugadores con base en criterios técnicos, y no según la posición de los planetas", dijo.
Los dueños de AstroSport respondieron: entregaron al diario brasileño O Globo una copia del pago que hizo Felipao: aproximadamente unos mil dólares. "Guardamos el cheque porque sabíamos que, astrológicamente, él podría ne-garlo. Desafortunadamente, esa es una característica de su personalidad".