Impotencia del IEEJ ante la costosa guerra de lodo
Vive Jalisco la campaña más sucia de su historia
Guadalajara, 26 de junio. Jalisco nunca había vivido una campaña tan sucia por la gubernatura. El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Arturo Zamora Jiménez, ha sido acusado de estar coludido con el narcotráfico, de ser investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) y por la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés), y de haberse beneficiado de un supuesto fraude al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para adquirir tres propiedades en una exclusiva zona residencial.
A la familia del aspirante del Partido Acción Nacional (PAN), Emilio González Márquez, le han imputado un historial delictivo porque uno de sus hermanos, ya fallecido, supuestamente encabezó un multimillonario robo a finales de los ochenta en Lagos de Moreno. Además, han acusado al panista de falsear su declaración patrimonial y de tener guardaespaldas con antecedentes penales por robo calificado.
Pero el lodo ha costado, y muy caro. Según el más reciente informe sobre gastos en medios de comunicación del Instituto Electoral del Estado de Jalisco (IEEJ), los partidos habían comprado hasta mayo espacios que costaron 44 millones 299 mil pesos; el PAN acumulaba 56.67 por ciento, seguido del PRI, con 32.97, y la coalición Por el Bien de Todos, con 10 por ciento. Alternativa, Nueva Alianza, Convergencia y el Verde Ecologista se repartieron menos de uno por ciento de ese total.
Es decir, el PAN gastó en sólo dos meses 25 millones 106 mil 220 pesos para publicitar en radio y televisión a González Márquez, más del doble de los 10 millones 849 mil pesos que invirtió hace seis años para ganar la gubernatura con Francisco Javier Ramírez Acuña. Aún falta contabilizar junio, y parece difícil que el blanquiazul sujete su gasto al tope de 26 millones 72 mil pesos fijado por el IEEJ para las campañas a la gubernatura.
El presidente del IEEJ, José Luis Castellanos, primero hizo tímidos llamados al orden, luego anunció sanciones a quienes no hicieran caso y finalmente, en lugar de imponer disciplina, pidió a los medios de comunicación no publicar información difamatoria o sin pruebas sobre los candidatos. Nadie le hizo caso.
Desde el 31 de marzo se vio la escasa fuerza de los pronunciamientos del IEEJ. La convocatoria de José Luis Castellanos a la firma de un pacto de civilidad fue rechazada y los partidos argumentaron que las campañas a punto de comenzar serían totalmente limpias. Un acuerdo posterior de los consejeros del IEEJ tampoco detuvo la ola de lodo, en especial la proveniente del PAN, que, muy similar a la que usó para las elecciones federales, incriminó sin pruebas al PRI, su principal adversario.