Balance de la Jornada
No es la mejor Alemania que se esperaba ver, pero una vez más se cumplió la sentencia de Gary Lineker, aquella de que "el futbol es un juego de once contra once, donde los alemanes siempre ganan". Han llegado a siete finales con tres títulos, e Italia es la última parada en pos de la revancha de 2002.
Conscientes de sus carencias y de la habilidad y prestigio del rival en turno, los teutones apelaron a su paciencia y eficacia para matar a la albiceleste en los penales, faceta de la que han hecho una ciencia y quizá por ello es su punto fuerte, apuntalada por Klinsmann con intensas sesiones de mentalización.
Muchos temores hubo sobre la calidad de un equipo que durante su preparación sólo había sembrado incertidumbre y pesimismo con malos resultados. Hoy Klinsi también es héroe y puede sonreír tras quitarse otro peso de encima, pues los partidarios de Oliver Kahn deberán reconocer su acierto al dejar la titularidad a Lehmann.
Karl Rummenigge confesó desidia en la formación de talentos, toda vez que creyeron que con la reunificación sería suficiente para dotarse de nuevos valores. Sin embargo, la cosecha fue pobre y únicamente apareció un bávaro, Michael Ballack, el capitán que incluso arrastrando los pies cobró en forma impecable el segundo penal.
Lo que no había en casa se tuvo que buscar fuera. Mientras Argentina y Brasil acaparan a sus máximos talentos y ceden a otros países -vía naturalización- a futbolistas que no ocuparían, la Nationalmannschaft fue un panzer que sedujo con su poderío a los máximos artilleros polacos: Podolski, el de la zurda de oro, y el cabe-ceador y líder de goleo Klose.
Argentina se despidió sin mostrar mucho y de nuevo quedó a deber. La esperanza en los campeones Sub-20 no fructificó, los golden boys acabaron con el fair play al armar la póstuma bronca y todo concluyó con la dimisión de Pekerman, a quien no le perdonarán haber relegado a Messi, la estrella con que esperaban deslumbrar al mundo, su nuevo Maradona.
Italia despachó sin problemas a una Ucrania que llegó a los cuartos de final porque fue menos mala que la Suiza de Blatter, pero el calcio tiene todo en contra para encarar las semifinales. El escándalo de corrupción que involucra a la Juventus, Milan, Lazio y Fiorentina, llegó hasta tierras mundialistas y tiene tocado al equipo de Lippi.