Luca Toni hizo doblete y Zambrotta anotó a los pocos minutos de iniciado el partido

Italia impuso su catenaccio y dejó fuera a una pálida selección ucraniana

AGENCIAS

Hamburgo, 30 de junio. La selección de Italia enfrentará a la de Alemania en una de las semifinales de la Copa del Mundo tras vencer 3-0 y dejar fuera de la justa a una pálida y rudimentaria Ucrania, en un partido en el que metió estocadas mortales, dos de Luca Toni, y se defendió con su catenaccio.

Un gol en frío, cuando prácticamente todavía resonaban los himnos en el estadio, lo clavó Gianluca Zambrotta, al minuto seis. El tanto de gracia, el que realmente liquidó la ilusión que quedaba a los ucranianos, fue del gigante Toni, al 59. El 3-0 también fue obra de Toni, al 69.

El choque de Hamburgo se presentaba como el más desequilibrado de los cuartos de final con la poderosa Italia y la sorpresa Ucrania. Y así lo fue.

Pese a los intentos denodados de los ucranianos por poner en dificultades a la azzurra, los tricampeones mundiales se llevaron un más que merecido triunfo, con un gran despliegue físico y un control del tiempo del partido digno de una selección muy cuajada, que no por nada lleva 23 partidos seguidos sin derrota.

Todo se le puso de cara pronto a los italianos. El arquero Oleksandr Shovkovski llevaba 315 minutos sin recibir un gol y eligió la peor manera para quebrar la racha. En el minuto seis, Zambrotta entró entre líneas y soltó un zurdazo ajustado que dobló incomprensiblemente las manos del portero del Dynamo de Kiev.

Ni el propio Zambrotta se lo creía y corrió como poseído por todo el campo hasta llegar al banquillo, al estilo de Marco Tardelli en la mítica final de España 82.

Era el inicio soñado por Italia, el equipo que mejor relación de victorias y goles tiene del mundo. Oleg Blokhin lo sabía y por eso se decidió pronto por una táctica más ofensiva. Sustituyó al lateral Sviderski por el delantero Vorobey, que se sumó a la punta del ataque con Shevchenko y Milevski.

Con el gol a favor y la nueva disposición ucraniana, Italia no tuvo problemas en fijar atrás a sus cuatro defensas, con el imperial Cannavaro siempre pendiente de Shevchenko, y buscar los contrataques.

El cambio perjudicó al exquisito Andrea Pirlo, relegado casi exclusivamente a tareas defensivas, pero sembró el camino para Totti, uno de los delanteros que mejor leen los ataques en velocidad.

Sin embargo, ninguno de los dos estaba de momento preparado para un nuevo gol. Los ucranianos lo intentaron con disparos lejanos que no encontraron la portería, y los italianos morían en las inmediaciones del área rival, porque nadie acompañaba a Totti y Toni.

En la segunda parte todo se aceleró. Ucrania no quería dejar el empate para el final y su empuje estuvo a punto de dar sus frutos.

En el minuto 50, Gusin cabeceó un balón que se paseó por el área y que sacaron entre Buffon y el poste. Ocho minutos más tarde llegó la ocasión más clara: Gusev disparó solo dentro del área y nuevamente el arquero italiano detuvo.

El rechazo le cayó a Kalinichenko, pero su remate lo sacó sobre la raya de gol el omnipresente Zambrotta.

Italia empezó a ser presionado, pero donde los demás se arrugan los azzurri se crecen. Sólo un minuto más tarde Zambrotta centró desde la izquierda para que Luca Toni estrenase su casillero en el Mundial; 2-0.

El partido estaba casi sentenciado y Ucrania bajó los brazos. Eso lo aprovechó Zambrotta para escaparse por enésima vez de la defensa, quebrar a dos ucranianos y servir de nuevo el gol en bandeja a Toni para el 3-0 definitivo.

El tanto fue para el ariete y le sirve para cargar baterías de cara al decisivo choque del martes en Dortmund ante Alemania.