Ataca la bataca
En los dos conciertos que ofreció recientemente en México, Brandford Marsalis con su cuarteto, se pudo apreciar por igual la magnificencia de su arte, el desarrollo de su propuesta estética y en dosis semejantes el sofocón que le causa la altura de la ciudad de México, por lo cual repartió las dos horas de cada uno de sus recitales por partes iguales con los integrantes de su banda.
Cuatro solistas de primerísimo nivel, entre quienes sobresalió de manera abrumadora el arte del baterista Jeff Tain Watts, cuya valía, posición estratégica y relevancia en el cuarteto de Branford es tal que en uno de sus discos anteriores, Bloomington, una de las piezas principales se titula Citizen Tain, en un juego de palabras alusivo al filme clásico de Orson Welles (Citizen Kane) y que pone en las alturas el papel protagonista que suele cumplir el maestrísimo Tain cuando le ponen enfrente una bataca.
De hecho, este disco, Bloomington, aparece como una transición en la carrera de Brandford, pues en formato trío, con el mencionado gordito Tain y el bajista Robert Hurst, grabó dos discos fundamentales: The beautyful ones are not yet born (Los bonitos todavía no nacen), y el mencionado Bloomington.
Después de colaboraciones con John Lee Hooker, BB King, el rapero Guru y Steve Coleman, graba Réquiem, titulado así en homenaje al pianista Kenny Kirkland, fallecido poco después de grabar este disco.
Ya estaban en el cuarteto el multinombrado Tain y el joven prodigio Eric Ravis en el contrabajo, y después se uniría, para consolidar el formato definitivo de cuarteto, el excelente pianista Joey Calderazzo, que es el agrupamiento que hizo tremar el planeta, trinar al viento y tronar a las constelaciones desde México.