Algunas encuestadoras se unieron para restarle méritos en las preferencias electorales
Medios electrónicos, factor en contra que debió superar López Obrador
Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador recorrió a ras de tierra los 300 distritos electorales Foto: Carlos Ramos
La campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, quien la inició con el más alto rating de las preferencias electorales, fue centro de la más incisiva y negra de las campañas mediáticas que cualquier abanderado de un partido político haya recibido. Desde el gobierno federal, encabezado por Vicente Fox, hasta el PAN, se intentó desacreditar de cualquier forma las propuestas y los atributos del tabasqueño.
Desde que fungió como jefe de Gobierno del Distrito Federal y sus adversarios lo ubicaron como el enemigo a vencer en la carrera presidencial, entre ellos Vicente Fox y Marta Sahagún, hasta el desafuero de que fue objeto a causa de la complicidad de los tres poderes de la Unión, López Obrador ha soportado el uso de los medios electrónicos en su contra y se le han atribuido hechos de corrupción que en ningún caso fueron comprobados por quienes lanzaron los señalamientos.
La candidatura del abanderado perredista fue producto del consenso de las fuerzas políticas y de los mismos ciudadanos, que lo consideraban con la mayor posibilidad de la izquierda para acceder a la Presidencia de la República, vía el proceso electoral.
Desde agosto de 2005 López Obrador realizó una precampaña que lo llevó a recorrer, a ras de tierra, los 300 distritos electorales del país. En esa primera etapa de trabajo para dar a conocer sus propuestas a la ciudadanía, conoció de cerca los problemas nacionales.
Al concluir el viaje al interior de México, López Obrador fue electo como candidato presidencial, y semanas después como abanderado de la coalición Por el Bien de Todos, que con el PRD integraron el Partido del Trabajo y Convergencia.
De esa forma el tabasqueño inició formalmente su campaña, con una alta aceptación entre los ciudadanos. A mediados de marzo ésta se ubicaba en 48 por ciento, y con esos augurios positivos comenzaron los ataques y denuestos contra su proyecto y su persona.
El presidente Vicente Fox, que en ningún momento lo mencionó directamente, se dedicó a hablar de los efectos del populismo, sin aclarar ni especificar qué entendía por ese término, y su partido, Acción Nacional, avalado por el poder, la emprendió contra el tabasqueño, junto con Felipe Calderón Hinojosa, a través del eslogan: "Un peligro para México".
López Obrador respondió a los ataques, generándose en la opinión pública una corriente contra él, porque se le acusaba de atacar a la institución presidencial. Otra vez los medios electrónicos se convirtieron en el factor principal de esa campaña.
La segunda etapa de los denuestos ocurrió cuando el candidato fue comparado con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, considerándolos a ambos intransigentes y autoritarios, además de mantener el calificativo de populistas.
La desventaja en relación con el uso de los medios de comunicación fue subsanada por la campaña que López Obrador continuaba realizando en territorio nacional. Fue el único abanderado que recorrió 140 mil kilómetros por carretera en el interior del país (cuatro veces visitó cada estado), mientras que sus adversarios, principalmente Felipe Calderón, se presentaban en distintas ciudades viajando en avión privado.
El contacto con la ciudadanía le acarreó a López Obrador un respaldo notorio en las plazas donde se presentaba, mismas que en su mayoría se desbordaban.
Además, un factor en contra de la candidatura del abanderado de la coalición fue el uso indiscriminado de las encuestas, que en varios casos daban gran ventaja a Felipe Calderón Hinojosa. Esos sondeos de opinión respondían a los intereses de quienes los pagaban, que en la mayoría de los casos fue el gobierno de Vicente Fox y el PAN. Sólo en fechas recientes y ante el creciente respaldo popular, las encuestadoras, incluso las más proclives al candidato oficial, reconocieron que López Obrador se halla, como desde el principio, al frente de la intención electoral.
Uno de los últimos episodios negros que tuvo que enfrentar fue la campaña en contra orquestada por el grupo de empresarios aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y su presidente, José Luis Barraza, quienes aseguraban que si López Obrador resulta ganador este domingo, podría acabarse el mundo para muchos, que estarían en riesgo de perder su casa o su empleo.
A tal insinuación, Andrés Manuel López Obrador, quien se encuentra convencido de que ganará la jornada de hoy, simplemente ha respondido: "uy, qué miedo, miren cómo estoy temblando".