Guantánamo
Oficialmente, Estados Uni-dos se precia de que Guantánamo es la base naval más antigua fuera de su territorio y la única ubicada en un país con el que no guardan relaciones diplomáticas. ¡Qué orgullo!
Mediante una abusiva ley, la Enmienda Platt, en febrero de 1903 Estados Unidos impuso el arrendamiento de 115 kilómetros cuadrados de tierra y agua en la bahía de Guantánamo para erigir una base de abastecimiento de carbón para su flota. Actualmente sigue prestando apoyo logístico a embarcaciones de la marina y de la guardia costera. El arrendamiento se formalizó bajo amenazas en un tratado firmado en diciembre del mismo año; su duración era "hasta que la necesiten". A partir de 1960 incidentes menores relacionados con el nuevo régimen cubano se fueron dando sin mayor trascendencia, como haber cortado el abastecimiento de agua a la base como respuesta a las multas que se impusieron a cubanos por pescar en aguas de Florida, o la evacuación de todas las familias estadunidenses a raíz de la crisis de los misiles.
En 1991, resultado de un violento golpe de Estado en Haití, fuerzas estadunidenses detuvieron a 34 mil refugiados que intentaban llegar a Florida y fueron recluidos en la base. El crecimiento de esta población inmigrante alcanzó hasta los 45 mil habitantes y el Pentágono creó instalaciones hasta para 60 mil. Después de los ataques del 11/S se asignó formalmente a la isla la misión de ser un centro de detención en la guerra contra el terrorismo. Este es el dramático destino carcelario de la base.
Hace más de cuatro años que Estados Unidos trasladó, encapuchados y encadenados a este centro de detención, a sus primeros detenidos. Alberga a unas 500 personas de 35 países que se mantienen recluidas sin cargo ni juicio. Se les niegan los derechos que otorgan las leyes y los acuerdos internacionales mientras crecen las denuncias por tortura y malos tratos.
Los detenidos permanecen, en la práctica, en un hoyo negro legal, sin acceso a tribunal de ningún tipo, sin asistencia judicial ni visitas familiares. Muchos permanecen recluidos las 24 horas del día en pequeñas celdas no más grandes que una caballeriza, como castigo por infringir las estrictas reglas del campo. Con frecuencia se les mantiene en aislamiento. Ya en el pasado varios han intentado suicidarse.
Muchos detenidos, en su desesperación, han emprendido huelgas de hambre y se les mantiene vivos contra su voluntad mediante crueles procedimientos de alimentación forzada. Esta situación, cruel e inhumana, degrada la dignidad de los prisioneros y los conduce a actos desesperados como son las riñas internas con ánimo de hacerse matar o, como hemos visto recientemente, tener éxito en un intento de suicidio.
Ante la violación suprema al derecho que cualquier persona detenida tiene de comparecer sin demora ante una autoridad judicial independiente, para promover sus propios intereses y ser debidamente aconsejada, George W. Bush ha afirmado que su país "lucha por defender y ampliar una visión de la dignidad humana". Asegura que quiere cerrar Guantánamo, pero que antes necesita un plan para los "prisioneros peligrosos", para los "asesinos a sangre fría", que permanecen allí. A mediados de junio, un día después de su visita sorpresa a Irak, expresó que los detenidos serán llevados a juicio eventualmente.
Dicha contingencia está suspendida hasta que la Suprema Corte de Justicia determine la legalidad de los tribunales militares creados especialmente para juzgarlos. La Federación Internacional de Derechos Humanos hizo pública su indignación y comunicó al gobierno de Estados Unidos su postura de que los presos tienen derecho a ser protegidos por todos los instrumentos jurídicos internacionales que no contemplan tales tribunales.
La tercera Convención de Ginebra especifica que las personas capturadas participando en un conflicto armado internacional serán tratadas como prisioneros de guerra o por un tribunal competente en caso de que no lo fueran. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también ha requerido a Estados Unidos para que tome las medidas urgentes que determinen el régimen jurídico al que están sujetos los detenidos y se proceda en consecuencia.
La situación parece que llega a una crisis con el suicidio simultáneo de tres presos: dos sauditas, Yassir al Zahrani y Manea al Oteibi, y un yemenita; los tres usaron sábanas para consumar sus intenciones. Estaban recluidos en el área de máxima seguridad, es decir, bajo vigilancia estrecha las 24 horas. Los países de origen están reclamando los cuerpos, tanto para fines religiosos como para realizar sus propias pesquisas sobre la causa de las muertes, pues subrayan que "ningún musulmán, ningún mujaidín puede suicidarse, está prohibido por la Charia: ley islámica". Con enorme cinismo, el almirante Harry Harris, comandante de la base, dijo que los suicidios fueron planeados y ejecutados como "actos de guerra" contra Estados Unidos.
No son ajenos al drama de Guantánamo los permisos de varios países europeos para permitir el tránsito y abastecimiento de mil vuelos arrendados por la CIA para el traslado de estos prisioneros durante los pasados cuatro años. La España de Aznar es la más señalada: permitió 125 operaciones en aeropuertos civiles.
A meses de unas elecciones que Bush no puede perder, y siendo su partido un decidido apoyador de las prácticas en Guantánamo, no es de esperarse ningún cambio; sin embargo, el régimen de Bush tiene un registro más de su barbarie, de su arrogancia como potencia máxima en el universo.
La política de Fidel Castro hacia el problema de la base es ejemplar, aunque dolorosa: no efectuar ningún acto violento contra la base, acudir a las débiles fuerzas coercitivas del derecho internacional y tener paciencia. El papel de las más respetadas ONG puede ser definitivo, no sólo en su denuncia y recomendaciones ante las violaciones estadunidenses, sino frente a la Unión Europea, de la que ciertos de sus miembros jugaron alguna parte en el drama.