Las estrellas de la verdeamarelha no aparecieron para desequilibrar a Les Bleus

Francia es el verdugo de Brasil; Zidane derrochó virtuosismo

Portugal, el siguiente contrincante

Thierry Henry marcó el único gol del encuentro tras un pase de Zizou

Los europeos rompen la racha de 11 victorias consecutivas del Scratch en mundiales

AGENCIAS

Francfort, 1º de julio. Zinedine Zidane fue el maestro que comandó la orquesta. Francia jugó por nota para eliminar 1-0 al pentacampeón y gran favorito Brasil, cuyas individualidades -incluida la famosa triple R- jamás pudieron surgir ante el mejor juego de Les Bleus, en quienes recayó la tarea de retribuir al público con algunas jugadas de fantasía, especialmente del mago Zizou.

Francia se confirmó como el verdugo de la canarinha en las citas importantes, al eliminarlos por tercera vez en un Mundial, tras México 1986 y en la final de Francia 98. Hoy un gol de Thierry Henry a los 57 minutos, a pase exacto de Zidane, ubicó a los galos en semifinales para enfrentar a Portugal.

Un impreciso cabezazo de Ronaldo, un disparo alto de Frank Ribéry y un balón centrado para Ronaldo al que no llegó Kaká no inquietaron a los porteros Dida ni Fabien Barthez. La lucha se centró en el mediocampo, donde poco a poco se impuso el toque galo.

Francia colocó a Henry por la izquierda y a Ribéry corriendo pegado a la línea derecha, ambos abastecidos por la visión y los servicios de Zidane; de esa forma el equipo de Raymond Domenech ancló a Cafú y a Roberto Carlos en su zona defensiva. Pero no había claridad en las llegadas hasta que Willy Sagnol comenzó a desbordar por la derecha.

La zaga brasileña entró en pánico cada vez que la pelota llegaba en busca de Henry o Ribéry. Zizou exhibió su filigrana y gran control del esférico, eludió a tres rivales y habilitó a Patrik Vieira, quien escapó veloz hasta que fue fauleado por Juan, quien se ganó un cartón amarillo.

El gol que liquidó

Los sudamericanos intentaron imponer otro ritmo, pero Juninho no pudo ser el armador que requería Brasil. La superioridad francesa se reflejó en el tablero cuando Zidane cobró un tiro libre desde la izquierda, el balón techó el área poblada y aterrizó frente al segundo poste para el arribo puntual de Henry, quien sin marca remató con la derecha para el 1-0.

El silbante Medina Cantalejo se equivocó al no sancionar como penal una mano de Ronaldo, luego Ribéry realizó una buena jugada por derecha, tocó línea de fondo y mandó centro raso que Juan intentó desviar y a punto estuvo de cometer autogol.

La confianza francesa creció, mientras en el banquillo Carlos Alberto Parreira y Mario Zagallo intentaban resolver el embrollo. Juninho salió del campo, entró Adriano en el afán de reconstruir su cuadrado mágico, pero el mediocampo estaba perdido con un Kaká flotante y la solitaria entrega de Zé Roberto.

Francia comenzó a gustarse. Zidane rejuveneció, era casi el del 98, Henry se bastó para hacer temblar a la defensa amarilla y Ribéry ganaba en carrera incluso a Roberto Carlos. Domenech hizo cambios defensivos para contener la desesperación brasileña. La afición gala enloquecía feliz en las tribunas, mientras la brasileña insultó a Parreira.

Ronaldinho rubricó su paso inédito en Alemania, mientras Ronaldo se echó un grotesco clavado; el árbitro cayó en el engaño, pero los brasileños estaban con la pólvora mojada y el desastre era absoluto. Robinho entró en lugar de Kaká tan sólo para completar la triple R, pues con 11 minutos en el reloj, su entusiasmo pronto se esfumó.

Parreira alcanzó el récord de Zagallo y el serbio naturalizado mexicano Bora Milutinovic, con 20 partidos en un banquillo mundialista, aunque el de hoy fue sin duda el más amargo; vio rota la racha de 11 victorias consecutivas de Brasil y Ronaldo no pudo aumentar su marca de goles.