En medio del desastre priísta, avala las votaciones y descalifica alegatos del PRD

Madrazo reconoce su derrota

CIRO PEREZ SILVA Y ENRIQUE MENDEZ

En tácito reconocimiento al triunfo de Felipe Calderón, candidato presidencial del PAN, Roberto Madrazo avaló la legalidad de la elección del pasado domingo y descalificó los alegatos del PRD al asegurar que nadie puede tener de rehén al país. "Tenemos un partido ejemplarmente maduro, que no va a movilizar a la gente a la calle y no vamos a poner en juego la estabilidad de una nación que construimos cuando fuimos gobierno. No le apostamos al conflicto, en la democracia se gana o se pierde con un voto, y lo asumimos plenamente".

Acompañado por todos gobernadores priístas -excepto el de Sonora, Eduardo Bours-, Madrazo, al borde del llanto, afirmó que al cotejar sus actas se llegó a la "certidumbre jurídica" de que el voto del 2 de julio no le fue favorable, y dijo enfático: "no vamos a regatear en los tribunales lo que no ganamos en las urnas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es responsable con la legalidad, la estabilidad y con el empuje al fortalecimiento de la vida institucional".

El "mensaje a la nación" que dirigió Madrazo fue el epílogo de una serie de reuniones que sostuvo la dirigencia de su partido con los delegados estatales, quienes horas antes habían calificado a los gobernadores como "traidores", por no haber cumplido con "su obligación partidaria, de poner en el proceso todo su peso político" el pasado domingo y perder todos de sus estados.

Detrás de Madrazo, en el salón Presidentes de la sede nacional del tricolor, se agruparon los gobernadores con expresión de circunstancia, como los ejemplos más claros de la debacle del PRI y de la herencia que con su derrota deja Madrazo, que de entrada lo ubica para la siguiente legislatura como el grupo parlamentario menos numeroso de su historia y que le representará, entre otros inconvenientes, recibir alrededor de 250 millones de pesos anuales, es decir, menos de la mitad de lo que venía obteniendo en términos de prerrogativas por el Instituto Federal Electoral (IFE).

Salvo Madrazo y Mariano Palacios Alcocer, los gobernadores guardaron silencio. Ninguno admitió su parte en la derrota, aunque se les preguntó directamente sobre su responsabilidad individual y todos, como respuesta, abrazaron al candidato presidencial más como un gesto de condolencia que de aliento o solidaridad.

Eso sí, en el nuevo paso que dará el PRI para definir la reconstrucción del partido, que pasa por la renovación de la dirigencia y la posición ante el nuevo gobierno, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto -quien perdió absolutamente todos los cargos de elección popular con una diferencia de casi un millón de votos- se acercó a Palacios Alcocer y dando la espalda a Madrazo le exigió:

"Queremos ser parte de las decisiones y de los acuerdos que tome el partido".

El mensaje del tabasqueño fue precedido de un breve comentario del dirigente nacional del PRI, para preparar el tono y contenido de la decisión de la cúpula priísta, que significa el reconocimiento formal del triunfo panista Felipe Calderón, con quien, en algún momento del día, se habría comunicado el propio Madrazo para acordar los detalles del pronunciamiento priísta.

El tabasqueño inició con un reconocimiento a la dirigencia y a los gobernadores, y señaló que "en un momento tan importante de la vida del país y de la vida de nuestra organización política, nosotros hemos hecho un balance muy minucioso de cómo se encuentran las actas que obran en nuestro poder y analizado puntualmente cada una de ellas, reconocemos que el resultado electoral para la elección presidencial no nos es favorable".

Luego elogió a la militancia priísta, a la ciudadanía que confió en su propuesta y que, asegura, les dio más votos de los obtenidos en la elección federal de 2003. Este domingo, dijo a modo de consuelo al querer comparar una elección intermedia con las dimensiones de una presidencial, que el PRI obtuvo 784 mil 624 votos más.

"Nuestras actas son muy claras: el proceso ha sido legal, el proceso para la elección presidencial, como obra en nuestras actas, es legítimo, es un proceso claro, es un proceso transparente, que no deja lugar a dudas en las actas que obran en poder del PRI de cuál es el resultado electoral.

"No somos afines a regatear en los tribunales lo que no ganamos en las urnas; el partido es responsable siempre con la legalidad, con la estabilidad que el país requiere, con el empuje al fortalecimiento de la vida institucional que necesitamos seguir teniendo y construyendo día con día", enfatizó, mientras los gobernadores recorrían con la mirada las paredes del salón, donde cuelgan los retratos de los ex presidentes del partido.

Junto a Madrazo se sentaron el góber precioso de Puebla, Mario Marín Torres -donde el PRI perdió todo, con una diferencia de 100 mil votos frente al PAN-; la secretaria general, Rosario Green, y el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán -donde los priístas cayeron al tercer lugar, ante 200 mil votos de la coalición Por el Bien de Todos.

La víspera, Palacios Alcocer había anunciado que esperarían hasta el miércoles, cuando iniciará el cómputo final de los votos porque, dijo, la información de que disponían los colocaba en la competencia, pero 24 horas después, con los mismos documentos Madrazo ofreció una visión distinta:

"De lo que desprenden nuestros documentos tenemos reconocimiento al IFE por el desempeño que hizo durante la jornada electoral, lo que nos deja con la plena certeza que los resultados que den los cómputos el próximo miércoles en materia de elección presidencial, son cómputos que claramente están avalados por lo que los electores definieron el día de la jornada electoral de ayer."

Aunque las frases eran claras, insistió: "Quiero decirles que este proceso, con la legalidad que mostró durante la jornada, me deja muy clara la certidumbre de los resultados en la elección presidencial, conforme a las actas que están en nuestro poder, que han sido plenamente revisadas por nuestros abogados y que nos dan la certidumbre jurídica de que el resultado no nos fue favorable para nuestra alianza con el Partido Verde".

En ese tono y para deslindarse de la posición que tomó ayer la dirigencia del PRD, el tabasqueño aseveró que las elecciones se ganan con votos, que no se debe judicializar la política sino reconocer el voto para que el país siga con su vida institucional.

"Nosotros le apostamos al voto, no a la descalificación; a la democracia, no al conflicto, ni a la confrontación. En la democracia se gana o se pierde con un voto y esto lo asumo plenamente en la responsabilidad que me toca."

Agregó que como candidato concluyó su tarea y expresó su reconocimiento a la madurez del tricolor que, argumentó, "no moviliza la gente a la calle, un partido que reconoce los resultados dentro del marco de la legalidad y que nunca pondrá la estabilidad en juego de una nación como la que hemos construido los priístas cuando nos ha tocado ser gobierno".

Según Madrazo, el domingo fue el día de los electores, pero a partir de este lunes "es la hora de México". Subrayó que nadie puede tener de rehén al país ni jugar con los intereses nacionales, sobre todo porque los electores decidieron en libertad y los partidos deben dejar atrás la etapa de la campaña para esperar el cómputo oficial.

"Seguimos el camino de la legalidad, el de respeto a los ciudadanos, el de la estabilidad del país, en una palabra, le seguimos apostando a México, porque México es de todos y el México que queremos los priístas no termina de construirse con la elección de ayer."

En esa actitud de buscar paliativos a los efectos del desastre, que los ubica como la tercera fuerza política por primera vez en su historia, Madrazo recordó que el PRI tiene aún 17 gobernadores, más de 60 por ciento de los ayuntamientos y una buena representación popular.

"Por eso el PRI sigue siendo el partido de la gobernabilidad y de la estabilidad política de esta gran nación", dijo antes de anunciar que volverá a ocupar el puesto de "militante".