Se rindió homenaje a la primera embajadora mexicana

Reconocen la trascendente labor de Amalia González Caballero

A 20 años de su muerte, subrayan su papel en el activismo en favor de los derechos de la mujer y la promoción cultural

Merece estar en la Rotonda de la Personas Ilustres, señala su hija

ANA MONICA RODRIGUEZ

Luchadora por los derechos sociales y políticos de la mujer, Amalia González Caballero de Castillo Ledón (1898-1986) emerge, a dos décadas de su fallecimiento, con la trascendencia de su amplia trayectoria en el ámbito diplomático, el altruismo social y la promoción cultural.

Nacida en Santander Jiménez, Tamaulipas, la activa promotora a escala mundial de la equidad de género tuvo, entre una infinidad de méritos, el haber pugnado por el derecho al voto de las mujeres en América Latina.

En México, Adolfo Ruiz Cortines decretó en 1953 el derecho de la mujer mexicana a votar, prerrogativa que fue impulsada por doña Amalia, a quien definen como una mujer de gran belleza y brillante inteligencia.

Durante el homenaje que recibió, la noche del jueves, en el Seminario de Cultura Mexicana, a 20 años de su muerte, participaron la embajadora Carmen Moreno Toscano, Guadalupe Rivera Marín, Berta Lilia Bertelly, José Humberto Medina y con el envío de una carta el bailarín Guillermo Arriaga, quien de igual manera alabó la vida y obra de quien fue embajadora en Suiza, Austria, Suecia y Finlandia. A la ceremonia asistió su hija Beatriz y otros familiares.

En un acto que llamaron de justicia, Humberto Medina y Berta Lilia Bertelly solicitaron que los restos de la notable mujer sean trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres, debido ''al servicio que prestó a la nación".

Bertelly la definió como ''creativa, inquieta, atisbando un horizonte de posibles soluciones político-sociales; formó parte del consejo político de la ciudad e instaló lavaderos públicos, guarderías para hijos de locatarios y la organización de mujeres en colonias proletarias".

Promotora cultural

Una mexicana adelantada a su tiempo, fue el término que le concedieron todos los invitados al Seminario de Cultura, institución de la que fue fundadora.

Bertelly, quien la conoció, abundó: ''Una tamaulipeca santanderina que ve la luz a finales del siglo XIX con rayos luminosos proyectados en el siglo XX; una mexicana a quien le fueron otorgados dones para el bienestar de los demás que dentro de sus limitaciones distribuyó a placer".

En su lucha en favor de la mujer, doña Amalia -de gran porte y distinción- fundó el Ateneo Mexicano de Mujeres, el Club Internacional de Mujeres y participó con otras destacadas activistas en la creación del Comité Femenino Interamericano pro Democracia.

En la promoción cultural, resaltó Lupe Rivera Marín, doña Amalia participó en la difusión del teatro de masas para instalar carpas y escenarios al aire libre. En colonias populares estableció centros culturales y abrió talleres de artes y oficios en las prisiones.

En 1948 fue presidenta del sector femenil del Partido de la Revolución Mexicana. Al respecto, Bertelly señaló: ''Queremos decir a quienes dirigen al hoy Partido Revolucionario Institucional, que hemos propuesto un reconocimiento a las labores y méritos, para que establezca un día dedicado a las militantes destacadas, iniciando con ella; ya que han luchado para que las mujeres y jóvenes de ahora disfruten de las áreas de participación con el hombre que, todavía, no las tenemos por completo.

''Hemos demostrado que tenemos cabellos cortos, pero ideas largas.''

Viajera incansable

Beatriz Castillo Ledón expresó, al término de la ceremonia, que su madre ''merece estar en la Rotonda de las Personas Ilustres, donde están Angela Peralta, gran cantante de ópera; mi madre llevó a ese lugar los restos de Virginia Fábregas".

Nadie llena el currículum que tiene, puntualizó la hija de la diplomática.

Doña Amalia, dijo Carmen Moreno Toscano, fue una mujer adelantada a su tiempo. ''Fue una luchadora por las causas del género femenino y especialmente por los derechos políticos de la mujer, pero no sólo en un foro nacional, sino que llevó su lucha a los foros internacionales en los que trabajó".

Recordó que la homenajeada participó en la Conferencia Mundial de San Francisco e intervino en la consagración para la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer en la Carta de las Naciones Unidas. En ese documento, añadió, doña Amalia fue la encargada de proponer las distintas menciones que existen en el artículo 3 de la mencionada carta.

Entre las obras literarias de la homenajeada sobresalen Cuatro estancias poéticas y Viena, sitial de la música de todos los tiempos; además de los dramas Cuando las hojas caen, Bajo el mismo techo, Coqueta, Peligro-deshielo y La verdad escondida.

Amalia González Caballero de Castillo Ledón, viajera incansable quién recibió múltiples condecoraciones nacionales e internacionales, murió en la ciudad de México, el 3 de junio de 1986.