Escándalos de corrupción empañan la victoria italiana en la final de la justa mundialista
Vino y alegría infinita en la Piazza Venezia; malestar y disturbios en los Campos Elíseos
Inconformidad de franceses por la forma "poco deportiva" en que se despidió Zinedine Zidane
Ampliar la imagen Algarabía italiana frente al Coliseo de Roma * Ap
Roma/Berlin/París, 9 de julio. Los italianos tuvieron, por fin, algo para festejar. Luego de una serie de escándalos de corrupción en el calcio, la selección de ese país se proclamó campeona del mundo en Alemania, lo que detonó el festejo frenético de los azzurri.
Miles de simpatizantes que siguieron el partido en pantallas en el Circo Massimo saltaron y se abrazaron una vez que Fabio Grosso selló la victoria, 5-3, en la definición por penales.
Descargas de fuegos artificiales se encendieron en los cielos de las diversas ciudades italianas que se ubican en las riberas del Tíber unos minutos después del encuentro, mientras autos con banderas verdes, rojas y blancas salieron a las calles haciendo sonar sus bocinas.
Decenas de motocicletas so-naron sus cláxones. Se dirigían a la Piazza Venezia, uno de los sitios tradicionales de encuentro luego de los partidos del equipo italiano. En tanto, en la famosa Fuente de Trevi, un grupo de 30 jóvenes dieron rienda suelta a su alegría y se bañaron con vino ante la mirada de los guardias municipales.
Simultáneamente, en Berlín decenas de miles de azzurri ondearon banderas en la Milla de los Aficionados, frente a la puerta de Brandemburgo. Los festejos se extendieron en otras latitudes, donde radican colonias de ciudadanos italianos.
La otra cara de la moneda fueron los seguidores Bleus, quienes se mostraban desolados por la derrota de su selección en los Campos Elíseos, de París, donde más tarde se produjeron algunos incidentes.
Unos 30 policías antidisturbios intervinieron con gases lacrimógenos poco antes de la medianoche para dispersar a aficionados galos e italianos que arrojaban botellas y adoquines en el Arco del Triunfo.
Al menos cuatro personas resultaron heridas en ese lugar, mientras en el estadio Charlety, en el sur de París, donde 32 mil aficionados vieron el partido en una pantalla gigante, una docena de seguidores fueron trasladados a hospitales con contusiones.
En medio de la multitud de-primida se escucharon las voces de los seguidores, quienes mostraron su inconformidad por la forma "poco deportiva" en que se despidió la estrella Zinedine Zidane, quien terminó expulsado por agresión a un rival.