Nace de las ruinas el museo de economía
Se asienta en el antiguo Convento de los Betlemitas; la restauración, a cargo del BdeM
Ampliar la imagen Una de las salas del Museo Interactivo de Economía (Mide), que será inaugurado mañana. El espacio está ubicado en lo que era el Convento de los Betlemitas y ocupa media manzana de la calle de Tacuba, entre Bolívar y Filomeno Mata Foto: Guillermo Sologuren
Es el primer museo del mundo dedicado a la economía. Está ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de México, en el antiguo Convento de los Betlemitas, construcción del siglo XVIII que apenas hace 15 años estaba en ruinas y sólo alojaba un montón de escombros. Se trata del Museo Interactivo de Economía (Mide), un espacio dedicado a la ciencia económica que busca atraer a los jóvenes y fomentar "el pensamiento crítico", como plantea su directora, Silvia Singer.
Son, explica, dos acontecimientos que se conjugan en este espacio. El primero, la remodelación de uno de los edificios emblemáticos del Centro Histórico, construido por encargo de la Hermandad Betlehemita, donde esa congregación religiosa -suprimida por decreto real de la corona española bajo el cargo de haber apoyado a los insurgentes durante la guerra de Independencia--atendía a enfermos y enseñaba a los niños. Y, el segundo, regresar a la sociedad ese inmueble, completamente restaurado, para fomentar el conocimiento de una disciplina más relacionada de lo que usualmente se cree con la vida cotidiana de la población.
El antiguo Convento de los Betlemitas ocupa media manzana en la calle de Tacuba, entre Bolívar y Filomeno Mata, en el corazón de la capital. Su remodelación comenzó poco después de que el Banco de México adquirió el inmueble, en 1990. En los últimos 15 años se han gastado 1.6 millones de dólares anuales para regresar al edificio el señorío perdido por años de desidia y falta de interés por el patrimonio artístico de la ciudad.
Apunta el historiador Miguel León Portilla, en un texto publicado en 2005 por el Banco de México: "El Convento de los Betlemitas, irreconocible ya por su inverosímil degradación, tuvo al menos la suerte de no ser demolido del todo como ocurrió, en cambio, con el de Santo Domingo, en el mismo corazón de la ciudad. Perdida su pasada grandeza, la antigua sede de los Betlemitas... estuvo al borde de no conservar los vestigios de lo que fue".
De esa degradación lo salvó el Banco de México cuando decidió adquirir el inmueble en 1990, primero con la idea de ampliar a ese sitio algunas de sus dependencias. La importancia histórica, cultural y artística del antiguo convento y hospital de los betlemitas -que llevan ese nombre en alusión a la estrella de Belén- hizo que se decidiera destinarlo a un uso que hiciera posible el acceso y la vista al público en general.
El edificio, como explica a este diario Cristina Cornejo, coordinadora de contenidos del Mide, fue restaurado en su totalidad. En los últimos años, antes de terminar en escombros, había sido utilizado como vecindad de rentas congeladas y hotel de menos de medio pelo. Los propietarios del hotel incluso decidieron que una fuente original de uno de sus patios fuera sepultada para tener mayor área para construir cuartos. Los moradores de la vecindad convirtieron las ventanas en puertas y alteraron con al menos 15 capas de pintura unas paredes que estaban decoradas con azulejos.
La restauración fue total. Participaron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia y artistas -pintores y escultores- que lograron dejar el inmueble lo más parecido a como era hace dos siglos.
Un museo de ciencia
Explica Silvia Singer, directora del Mide, en entrevista con La Jornada: "Usamos la más alta tecnología, que nos permite dos cosas importantes: la primera es respetar el edificio, con el cual estamos comprometidos. Ha habido un
rescate patrimonial de parte del Banco de México, que ha durado muchos años. El objetivo del proyecto es regresar el edificio a la sociedad". Añade: "Cuando encontraron la joya arquitectónica que hay aquí, la decisión fue hacer algo con este edificio para regresarlo a la sociedad, que lo disfrutara".
Fue así como surgió la idea de hacer un museo de economía. "Pensando que hay la necesidad de una cultura económica básica en el país, que la gente pueda leer las noticias con pensamiento crítico, que entienda lo que se dice en torno a la economía de nuestro país, la idea lógica fue armar un espacio que promueva esta cultura económica. Qué mejor que un museo, y de ahí vino la idea de hacer un museo en este lugar", expone.
A las responsables del MIDE no escapa que el común de la gente piensa que la economía es algo aburrido, sólo para iniciados. Por ello, abunda Singer, fue importante la concepción del museo.
"Hay muchas definiciones de museo", apunta. "Me gusta la que dice que es un espacio de memoria colectiva, y esa memoria colectiva puede ser un cuadro, piezas históricas, un monumento o nuestra vida cotidiana. La memoria es algo que construimos día a día. Este es un espacio, al igual que otros museos, de memoria colectiva, sólo que aquí, a través de una experiencia interactiva, queremos poner a la gente en contacto con una nueva forma de mirar la cotidianeidad que está fuera. No diciéndole cómo pensar ni qué opinar, sino diciéndole que si desmenuzamos la realidad de manera ordenada la podemos analizar, que es finalmente lo que hacen los científicos", explica.
Lo mejor para tener una idea de esta innovadora propuesta es visitarla. El MIDE será inaugurado este miércoles a las 17 horas y a partir de los siguientes días estará abierto al público. Es una instalación con lo más avanzado de la informática, el diseño gráfico y la animación para acercar a la gente a temas económicos de manera sencilla: el trabajo, el capital, la asignación de recursos, el costo de oportunidad... Todos temas que forman parte de la vida cotidiana, actividades que realizamos cada día y en todo momento y en las cuales no necesariamente se involucra el dinero. Aunque también para los que gustan de los temas monetarios hay una sección específica.
"Aprender de una ciencia no cambia la ideología de una persona, pero sí la manera de ver las cosas. Aquí se aprende a tener pensamiento crítico, que es la idea de un museo de ciencia. No damos declaraciones de ideas absolutas; que la gente cree su propia opinión; es un museo interactivo", añade Silvia Singer.
Cristina Cornejo, la especialista encargada de los contenidos en el MIDE, comenta: "Normalmente la gente responde: 'yo no me meto en política', cuando le preguntamos sobre economía". Señala que el objetivo principal del museo es que la gente se empape de un primer conocimiento de economía. "No le queremos enseñar una carrera de economía. Se trata de despertar el interés por esta ciencia, es un museo de ciencia."
Tiene una peculiaridad. Los responsables del museo fueron a la calle a preguntar a la gente qué opina de la pobreza, el desempleo o la desigualdad. "Los mejores especialistas son quienes sufren los problemas." Por eso también es interactivo, no sólo por la tecnología que emplea, la cual es de lo más avanzado. Convergen opiniones de la gente en la calle con la de estudiosos en la materia.
"En otra parte del museo exponemos que la economía es una ciencia en la cual hay visiones muy diferentes acerca de qué se tiene que hacer y cómo se tiene que hacer. El museo no refleja una tendencia de pensamiento o una ala del pensamiento, sino presenta cómo es el país, en qué se basa, cuáles son los principios económicos... lo que queríamos decir es que nuestro museo no presenta una corriente enfrente de otra , sino lo que queremos decir es cómo es México, qué es lo que tenemos", añade.
El MIDE albergará también una sala especial sobre el funcionamiento y objetivos del Banco de México y también la colección numismática del banco central, que es, en cuanto a moneda novohispana, la más valiosa del mundo.