Presentarán un performance en el Cyberlounge del museo Tamayo
Dos artistas japoneses persisten en hackear la red para transformar el mundo
Para los artistas japoneses de la red Kensuke Sembo (1972) y Yae Akaiwa (1973) el medio es su interlocutor con la realidad, así que intentan hackear el medio para cambiar el mundo. Con ese propósito, desde 2000 el binomio tiende a ''salirse" de la computadora para interactuar con ésta desde el espacio real.
De esta manera un juguete, como un tanque del cual sale un ratón que controla su movimiento, y que lo rastrea al moverse, se convierte en otro tipo de objeto, expresa Arcángel Constantini, curador del Cyberlounge del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, donde el miércoles 12 a las 20 horas Sembo y Akaiwa darán a conocer con un performance cuatro obras, DUB&PASTE / KAO, TRAK-0, DISCODER y FragMental Storm, con las cuales el público podrá interactuar hasta el 28 de enero de 2007.
Para esta exposición sólo en pantalla no trajeron ningún objeto. DISCODER es la única obra que sigue un estilo hacker, al permitir al usuario descargar la página web de su preferencia y alterarla hasta descomponerla.
Sembo y Akaiwa realizaron estudios de arte en la Universidad en Tokio, donde viven. Akaiwa estudió escultura, pero no se considera ''una buena alumna", mientras Sembo se concentró en el diseño, aunque también realizó cursos de fotografía y cine. Desde la universidad se dieron cuenta de que los ''medios tradicionales" no iban con ellos. Una vez egresados hicieron de Internet su forma de expresión, también por su ''rapidez". La velocidad es algo que gusta a Sembo, quien es muy hábil para la patineta.
Hace una década ambos comenzaron su sitio de Internet, www.exonemo.com, y a partir de entonces es el escenario de su trabajo. Sin embargo, desde 2000 empezaron a colocar objetos en el espacio real, debido a su capacidad para provocar ''sensaciones físicas". De acuerdo con Sembo las pantallas son más conceptuales, mientras el objeto es más directo en su apreciación.
Sembo y Akaiwa acaban de ganar un premio en Ars Electrónica, el mayor festival de artes electrónicas, por la pieza Road movie, de un viaje que hicieron por Japón en autobús, con artistas alemanes, en el que habían colocado cinco cámaras.
Cada cinco minutos publicaban un archivo en la red que se imprimía para formar un origami que, al armarse, se convertía en un camión de papel, con las imágenes tomadas impresas. A la pareja le gusta combinar la alta tecnología con lo manual.