Quienes fueron a emitir su voto "se sienten víctimas de un abuso de poder", señala
Los ciudadanos padecen "depresión poselectoral", asegura sicoanalista
Ampliar la imagen La Asamblea de Barrios, encabezada por Superbarrio, entregó el Pinocho de Oro a los conductores de noticieros de Televisa Foto: José Antonio López
La sensación de haber perdido algo o a alguien, un estado que en unos cuantos días pasa a la tristeza y/o el coraje, una depresión poselectoral, es lo que viven los ciudadanos que el pasado 2 de julio fueron a votar y hoy "se sienten víctimas de un abuso de poder", asegura Guadalupe Sánchez, sicoanalista social.
Luego de la jornada electoral, dijo, las personas que apostaron por un cambio para mejorar y no vieron cumplidas sus expectativas, seguramente enfrentan un estado de ánimo de tristeza y desesperanza profunda, que se extiende hasta convertirse en un trauma social acrecentado por la falta de certeza en el resultado de los comicios.
Para la especialista, integrante del Seminario de Sociosicoanálisis, asociación civil, los más perjudicados por este fenómeno son los niños, adolescentes y los jóvenes que por primera vez fueron a votar, para quienes no existe una explicación de por qué a pesar de los sufragios ha sido imposible determinar al ganador de la Presidencia de la República.
Es grave, indicó, porque en este sector de la población están los futuros votantes del país. Para las familias en general resulta difícil enfrentar las preguntas de sus niños y jóvenes, sobre todo si se recuerda que desde hace varios años se ha promovido la conciencia social desde la infancia, el respeto y defensa de sus derechos humanos, entre otros valores. Esos cimientos chocan con la realidad, y hasta ahora nadie ha pensado en eso, subrayó.
Otros especialistas consultados por La Jornada señalaron que ese sentimiento de tristeza que padecen quienes votaron por el candidato de la coalición Por el Bien de Todos se vio "fortalecido" por la presunta manipulación de los resultados electorales. La ausencia de credibilidad en la actuación del Instituto Federal Electoral (IFE) también alimentó el malestar social que amenaza con convertirse en desesperanza.
Según los resultados del IFE, Andrés Manuel López Obrador perdió la elección por una diferencia de 0.58 por ciento con respecto a la votación obtenida por el abanderado del PAN.
A decir de los especialistas, la depresión poselectoral es real, pero debido a que una cantidad importante de ciudadanos vive constantemente preocupada por su sustento diario, por cubrir las necesidades básicas de sus familias, el sentimiento de pérdida y tristeza se vive luego de haber cumplido con estas responsabilidades.
Pero sin duda, afirmaron, esas alteraciones emocionales existen y se reflejaron claramente el pasado sábado en la asamblea informativa convocada por López Obrador. Ahí se juntaron, señaló Guadalupe Sánchez, individuos que pronto se dieron cuenta que sus sentimientos eran compartidos por muchos otros. Descartó que se trate solamente de una "válvula de escape".
Del lado contrario, comentaron los expertos, también puede existir algún trastorno, pero éste debido a un temor por la posibilidad de que estalle un conflicto social.