La región tequilera, patrimonio de la humanidad
Se incluyen el llamado Paisaje Agavero y las antiguas instalaciones de procesamiento
Ampliar la imagen Alrededor de 116 mil hectáreas de agave azul de la región de Amatitán y Tequila, Jalisco, fueron incluidas desde ayer en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO Foto: Arturo Campos Cedillo
Las 116 mil hectáreas de la región de Amatitán y Tequila, Jalisco, conocidas como Paisaje Agavero, así como las antiguas instalaciones industriales de la segunda ciudad, fueron inscritas este miércoles en la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
Situado en la región más rica de cultivo de agave y procesamiento de tequila del mundo, el Paisaje Agavero obtuvo la declaratoria durante la reunión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, celebrada en Lituania, hasta donde viajó una delegación conformada por productores, personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y funcionarios del gobierno de Jalisco.
Desde aquel país, Francisco López Morales, principal promotor del proyecto ante la UNESCO, señaló, vía telefónica con La Jornada, que "estamos de plácemes. Fue un trabajo de cuatro años y el reconocimiento fue unánime; existió en el comité una enorme voluntad por reconocer el agave como planta nativa de México. El expediente que presentamos fue ejemplar, pues contó con una labor interdisciplinaria de investigación.
"Se trata de un reconocimiento internacional a los valores de tradición y cultura inherentes a la zona tequilera, excepcionales en el mundo. Esto ayudará también a esa industria en su lucha por proteger el producto contra quienes han pretendido alterarlo o falsificarlo."
José Vicente de la Rosa Herrera, coordinador nacional de Centros del INAH, copartícipe en este logro, dijo (también en charla desde Lituania) que la inscripción del sitio es muy importante en términos de cultura y naturaleza: "Es una buena noticia para México, porque el agave y el tequila en Jalisco tienen sus raíces en la época prehispánica; además, en el aspecto económico, la industria del tequila permite que comunidades locales generen recursos".
El Paisaje Agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila son parte de un vasto paisaje formado por cultivos de agave azul, planta que se usa desde el siglo XVI para elaborar tequila, y desde hace 2 mil años, por lo menos, para producir bebidas fermentadas y confeccionar ropa con sus fibras.
"La inscripción del sitio en la lista del Patrimonio Mundial otorga la protección universal a la región del valle de Tequila, que incluye los municipios de Amatitán, Arenal, Tequila y Teuchitlán, Jalisco. Con ello asegura su preservación", recalcó De la Rosa.
El sitio comprende, además de los campos, las destilerías y factorías -en actividad o no-, las tabernas (que fueron destilerías clandestinas en tiempo de la administración colonial española), las zonas urbanas y los vestigios históricos de Teuchitlán, así como la región arqueológica de Guachimontones y un área de la barranca del río Santiago.
En el perímetro hay numerosas haciendas que, en algunos casos, datan del siglo XVIII. El lugar es un testimonio de la fusión de las tradiciones prehispánicas de fermentación del jugo de mezcal con los procedimientos de destilación europeos, y de las técnicas locales con las importadas del viejo continente y Estados Unidos.
La Cámara Nacional de la Industria Tequilera informó que el fallo se tomó en virtud de la importancia que reviste en la identidad nacional.
Se detalló que la declaratoria en favor de esa región compromete a la zona a mejorar la infraestructura turística y el mejoramiento de la imagen urbana, sobre todo en Tequila y Amatitán, dos poblaciones donde existe mucho descuido oficial en infraestructura.
Los compromisos también incluyen una preservación muy cuidadosa a escala ambiental en toda la zona, con claridad en proyectos sustentables y que eviten la proliferación de asentamientos humanos, sobre todo en las áreas cercanas a los sitios arqueológicos.
En México, han sido declarados Patrimonio de la Humanidad las reservas ecológicas de ballenas en El Vizcaíno, en Baja California, además de los centros históricos de Morelia y Oaxaca, las ruinas prehispánicas de Chichén Itzá y de Teotihuacán, y el antiguo Guanajuato, así como las minas que se ubican en el estado del mismo nombre. En Jalisco también está el antiguo Hospicio Cabañas, hoy denominado Instituto Cultural Cabañas.
En la reunión del Comité de Patrimonio Mundial, que llegó a su edición 30, también se evaluaron las solicitudes de 37 sitios y paisajes presentados por tres decenas de países en busca de esa declaratoria.