México SA
Gasto millonario de los barones en la campaña del miedo
Trasnacionales metidas en propaganda electoral
El IFE cierra los ojos a la intromisión
Justo cuando el candidato chaparrito, pelón y de lentes caía en las encuestas -en vísperas del 2 de julio- por la denuncia sobre los jugosos negocios privados de su cuñado incómodo a costillas del erario y el respectivo tráfico de influencias que lo favoreció, el poderoso aparato propagandístico de los barones del dinero entró en acción con un solo objetivo: promover el voto del miedo para detener la caída de Felipe Calderón y revertir la tendencia.
Maquillados como spots "con alto contenido social", que "no tienen la intención de inducir o coaccionar el voto" y que se divulgaron "sólo por conciencia cívica", el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo de la Comunicación ("voz de las empresas") armaron la campaña propagandística, abrieron la chequera y aceleraron a fondo para sacar a flote al de las supuestas "manos limpias", e inyectar la dosis exacta de miedo, para que los electores reaccionaran en consecuencia.
Ahora se conoce, de acuerdo con la denuncia de Andrés Manuel López Obrador, que en unas cuantas semanas ambos organismos de los barones de la iniciativa privada, que no del empresariado nacional, gastaron (en realidad invirtieron, porque tarde que temprano le pasaran la factura a Calderón y éste al país, como ya es costumbre) cerca de 376 millones de pesos para insertar dichos spots en los medios de comunicación, principalmente los electrónicos.
En esta acción orquestada, López Obrador sólo involucró a empresas como Sabritas y Jumex, al CCE y a unos cuantos barones como Gastón Azcárraga, Claudio X. González y Roberto Hernández. Sin embargo, el asunto es más de fondo, aunque por sí solos estos tres personajes representan tres fuentes concretas de poder: el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (ese fuerte partido político vestido de poder económico que opera tras bambalinas y que concentra el 40 por ciento del PIB en los bolsillos de sus 36 integrantes), el Consejo Coordinador Empresarial como grupo de choque y Los Pinos.
Muchos se han enfocado al asunto de la propaganda del CCE, pero no hay que olvidar que a su lado operó, y fuerte, el Consejo de la Comunicación, un organismo presidido por Juan Domingo Beckmann -de la tequilera Cuervo- que asocia a un grupo de barones y sus empresas del país (muchos de ellos también integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios) que con gusto invirtieron en la campaña del miedo y en el rescate del candidato del "cambio con continuidad".
Como prácticamente todas las organizaciones de los barones en el país, Juan Sánchez Navarro fue uno de los fundadores del Consejo de la Comunicación, originalmente denominado Consejo Mexicano de la Publicidad, y actualmente sus "patrocinadores" no sólo son Gastón Azcárraga, Claudio X. González y Roberto Hernández, sino alguien más. De entrada, la empresa Sabritas es propiedad de Pepsico, una trasnacional -al igual que Coca Cola, otra de las participantes- que parece no cubrir los requisitos establecidos en la ley electoral, especialmente en el capítulo relativo a la propaganda política.
No sólo las citadas, porque en este contexto estarían, cuando menos, Citigroup-Banamex (Manuel Medina Mora, ex presidente de los banqueros e hijo pródigo de Roberto Hernández), Soctiabank Inverlart (Anatol von Hahn), Procter and Gamble, Kimberly Clark (que en México representa Claudio X. González Laporte), General Electric, Bacardí, McDonalds, la aseguradora holandesa ING, Johnson and Johnson, Bic (no sabe fallar), Sara Lee (una panificadora estadunidense cuyos productos Bimbo distribuye en México), Microsoft (Bill Gates, Enciclomedia), American Express y la telefónica española Movistar, "patrocinadores" activos del Consejo de la Comunicación. Hasta donde se sabe, el lánguido IFE nada dijo, ni hizo, al respecto.
Más allá de las trasnacionales, otras chequeras empresariales estuvieron más que activas en eso de la propaganda del miedo y del "rescate" de Calderón. Entre ellas, FEMSA (Eugenio Garza Lagüera), la tequilera José Cuervo (Juan Domingo Beckmann), Grupo Empresarial Angeles (Olegario Vázquez Raña), Mexicana de Aviación (Gastón Azcárraga), Grupo Gigante (familia Losada), Cervecería Modelo (Carlos Fernández González), Grupo Bimbo (Lorenzo Servitje Sendra), Comex (Marcos Achar Levy, ex patrón de Josefina Vázquez Mota, ex titular de la Sedeso y coordinadora de la campaña calderonista), Grupo Nacional Provinicial (Alejandro Bailleres), Grupo Carso (Carlos Slim Domit), La Costeña (Vicente López Rodea), Multisistemas de Seguridad Industrial (Alejandro Desfassiaux), Cinépolis (Alejandro Ramírez), Hard Rock Café (Erich Zinser Cielsilk), Martí (Carlos Gómez Andonaegui), Clemente Jacques (Jaime López Otegui) y Grupo Alsea (Alberto Torrado).
Entonces, no son todos los empresarios, pero parece que sí todos los barones.
Las rebanadas del pastel:
En octubre de 2001, muchos de los citados formaron el misterioso "Grupo de los 21 -de 23 barones, en realidad- que surgió públicamente de la noche a la mañana para "felicitar al gobierno del presidente Fox por haber tomado la decisión de desarrollar el nuevo aeropuerto internacional de la capital del país". Muchos de ellos, también, llevan en la frente la estrellita del Fobaproa, y nada pasó, como con el aeropuerto