Usted está aquí: viernes 14 de julio de 2006 Capital Ciudadanos se suman a la defensa del voto en la tribuna del Zócalo

Uno tras otro, jóvenes y viejos, mujeres y hombres se expresan ante el micrófono

Ciudadanos se suman a la defensa del voto en la tribuna del Zócalo

Estamos dispuestos a no dejarnos robar la esperanza, afirmó uno de los participantes

AGUSTIN SALGADO

Ampliar la imagen Foro popular en defensa del voto, que se realiza de manera ininterrumpida en el Zócalo Foto: José Carlo González

Se apoderaron de la tribuna pública y no están dispuestos a dejarla. Se turnan el micrófono con discursos improvisados. Igual permanecen en el estrado tres minutos que un cuarto de hora, y el nerviosismo de quien habla se contrarresta con un auditorio amable y coincidente.

La carpa que fue instalada en la explanada del Zócalo permanece convertida en un foro abierto, y los ciudadanos que están de tránsito en el Centro Histórico se han apropiado de ella.

No hay operadores políticos y tampoco grandes multitudes de oyentes, pero al final de la jornada serán cientos los que se habrán escuchado entre sí, porque la concurrencia es itinerante y la tribuna ha permanecido abierta desde el miércoles al mediodía.

Desplegado frente a la Catedral Metropolitana, el toldo blanco ha sido un punto de encuentro para quienes desconfían de las cifras del Instituto Federal Electoral (IFE).

Diversos en edades y rostros, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, "renegados", diría Vicente Fox, se hacen fuertes unos a otros.

Los hay con militancia partidista y quienes carecen de ella. Son jóvenes en su mayoría, pero también están los adultos mayores. Hay quienes nacieron en la ciudad de México y quienes provienen de otras entidades de la República.

Se acercan, escuchan, algunos se atreven a hacer uso del micrófono. Terminan por irse, pero llegan otros. Se trata de escucharse a sí mismo en voces ajenas, de "mirarse en el que está al lado".

Ya están ahí, dispuestos a defender su opción política, y aseguran que van a permanecer "todo el tiempo que sea necesario".

Otras tres carpas, de menor tamaño y con equipos de sonido menos potentes, también están desplegadas en la Plaza de la Constitución. En éstas, la adhesión no es por medio de la palabra sino con lenguaje escrito: tres organizaciones, entre ellas el Movimiento Cívico Patria Nueva, recolectan firmas para exigirle al Tribunal Federal Electoral que se cuente voto por voto.

Lo que no informan las televisoras

"Nuestra esperanza también está en los ojos de los demás. Cuando salimos a la calle ya no vivimos nuestra frustración como si estuviéramos locos, la vivimos cuerdamente.

"Nos damos cuenta que es compartida por muchos. Tomamos fuerza y nos enteramos de cosas que no informan las televisoras, ni los periódicos vendidos", expresa una de los inconformes.

Le sigue un hombre de camisa roja, que a diferencia de su antecesora apenas habla por el micrófono unos minutos. Su discurso no es elocuente, pero también capta la atención del auditorio. "Nosotros somos los que hablamos con el corazón. Es la primera vez que tengo la oportunidad de hablarle al pueblo y sólo quiero decirles que no vamos a permitir que nos roben la Presidencia", dice nervioso; se hace escuchar ante unas 70 personas que, al igual que él, están dispuestas a "no dejarse robar la esperanza".

Permanecen juntos, van y vienen, portan moños tricolores y se comprometen a acudir el próximo domingo a la segunda asamblea informativa.

Una mujer de la tercera edad, cubierta con un suéter de estambre verde y apoyada en un bastón, se apropia de la tribuna. Termina su intervención y accede a explicar la razón de su presencia en el Centro Histórico.

Soledad Morales dice que acudió al centro a comprar ropa, tiene 77 años, nació en Oaxaca y desde hace 27 años vive en la ciudad de México. En el micrófono sentenció que había que manifestarse "con firmeza y no con temor", y en corto dijo que le han tocado "muchas elecciones" y que ninguna ha sido como la de este año.

"Fue muy nutrida. Me siento orgullosa porque la gente ya despertó y las autoridades tienen que respetar la voluntad del pueblo. No todas las veces se dan estas oportunidades y no podemos dejarla pasar".

Se escucharon a sí mismos, coincidieron en propuestas, compartieron la misma exigencia.

Parecían pocos pero al final fueron muchos y quienes acudieron a la tribuna pública terminaron fortalecidos.

 
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