Descarta Jáuregui incorporación de la profesora al PAN: "no hay coincidencias"
La defenestración, error garrafal, truena Bours
La expulsión de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo del PRI provocó ayer reacciones encontradas, que fueron desde las críticas porque el tricolor se tardó en tomar esta decisión, hasta señalamientos contra la medida.
Por el PAN, el senador César Jáuregui rechazó la posibilidad de que la dirigente se integre al blanquiazul. De hecho, puntualizó que "ni ella lo está pidiendo ni nosotros lo estamos buscando". Pero eso sí, el secretario general del panismo, José Espina, se apresuró a manifestar su disposición a seguir dialogando con la presidenta del SNTE, como con cualquier otro actor político que quiera contribuir a la estabilidad y gobernabilidad de México.
Una de las razones por las que el legislador consideró que es difícil el ingreso de Gordillo Morales al panismo es que no hay de parte de ella un compromiso de vinculación ideológica.
Si bien resaltó que se trata de una figura importante con peso político en la sociedad -lo que podría beneficiar al PAN-, subrayó que para el blanquiazul no es factor principal el rédito político, pero sí el compromiso, y hasta ahora no se ha encontrado ninguna manifestación de ella hacia el panismo en términos de coincidencias.
El gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, calificó de "error garrafal" la expulsión de Gordillo. Dijo que luego de la derrota del PRI el 2 de julio, "no son tiempos de cobrar facturas", sino para dedicarse a iniciar un proceso de afiliación de más simpatizantes.
"Después de la paliza que al PRI le dieron el 2 de julio, debemos pensar cómo afiliamos a más gente para que trabaje para el partido. Estos (la dirigencia) creen que ganamos con 60 por ciento. Se equivocan rotundamente porque la gente rechazó la propuesta del PRI nacional", dijo.
El gobernador de Nuevo León, José Natividad González Parás, rechazó la expulsión de la dirigente magisterial, pues afirmó que independientemente de las razones que haya tenido el PRI para tomar esa decisión, en este momento lo que debe buscarse es la unidad y la reconciliación entre todos los militantes del tricolor.
Entrevistado tras la reunión del Consejo Ciudadano de Relaciones Laborales y Productividad, el gobernador refirió que la expulsión no fue una determinación acertada. Como pocos en el tricolor, hizo un reconocimiento a Gordillo en su calidad de presidenta del SNTE, pues "creo que sería importante distinguir los aspectos político-partidistas, de los que se refieren a una institución que merece también nuestro respeto", añadió.
"Espero que esta decisión de nuestro partido no genere mayores condiciones de divisiones internas; espero que se respete a Elba Esther Gordillo como dirigente nacional de una de las organizaciones de trabajadores más importantes de este país y que en la pluralidad, porque ella tendrá que fijar su posición, podamos alcanzar los acuerdos que el país necesita", declaró.
El senador Humberto Roque Villanueva dijo que la salida de la lideresa fue una medida profiláctica. La dirigencia del PRI y quienes tomaron la decisión previeron que con su actitud triunfalista y su buena relación con los gobernadores, intentaría apoderarse del PRI y por eso quisieron ponerle un freno a esa aspiración.
La senadora Dulce María Sauri recordó que el proceso jurídico contra la ex secretaria general del PRI se inició hace 10 meses, pero el problema político comenzó desde 2003. Un enfrentamiento de carácter personal por compromisos incumplidos en la fórmula que compitió y ganó la dirigencia nacional del PRI en 2002, se volvió un conflicto político para el partido que tuvo efectos electorales muy negativos el pasado dos de julio, agregó.
La ex presidenta del tricolor enfatizó que en el Revolucionario Institucional "debimos prever que un problema personal no se volviera un conflicto político de esta magnitud". Sin embargo, "no lo resolvimos y no se atajó oportunamente".
No se pidieron cuentas de los compromisos que se hicieron entonces y no se cumplieron. Ni los internos ni los que se hicieron con el gobierno de Vicente Fox sin dar cuenta de ello a los priístas. En suma, no supimos pedir cuentas, insistió.
Tras la debacle electoral del PRI, Sauri enfatizó la necesidad patente de que su partido se reconstruya y para ello el primer paso es hacer un diagnóstico objetivo, autocrítico y lo más sereno posible de las decisiones y omisiones que condujeron al resultado del 2 de julio.
Si no logramos hacer ese diagnóstico sereno, difícilmente vamos a poder enmendar errores o evitar caer en ellos de nueva cuenta, añadió.
Rechazó que la expulsión de Gordillo pueda ocasionar una desbandada de militantes, que son maestros, pues un grupo importante de ellos ya no está participando en el PRI. Con la decisión de la comisión de justicia sólo se ratificarán las decisiones que ya habían tomado varios docentes.
Por el PRD, Antonio Soto consideró que el tricolor tardó en expulsar a la maestra, pues desde 2003 asumió una posición contraria a los diputados y a la línea política de su partido. Ello ocurrió desde el momento en que entró en negociaciones con el presidente Fox y su esposa Marta Sahagún, puntualizó el aspirante a coordinar a los diputados federales del perredismo.
Con información de Cristóbal García Bernal, corresponsal