Decepcionante, el Consejo de Seguridad; no hubo llamado a detener la matanza
Califica Líbano en la ONU de "bárbara" la agresión israelí; ataca a civiles, acusa
Ampliar la imagen Miembros del grupo islámico radical Hiz ut Tahri, de pie sobre banderas de Israel y Estados Unidos, condenan en Bangladesh la ofensiva israelí FOOT Ap
Nueva York, 14 de julio. El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebró este viernes un debate sobre Líbano que acabó sin el llamado al alto del fuego que quería Beirut y en el que volvió a ponerse de manifiesto el apoyo incondicional de Washington a Tel Aviv en su ofensiva militar en la zona.
El representante libanés en el debate, Nouhad Mahmoud, calificó la operación militar de "bárbara" y denunció que "las fuerzas israelíes no han tenido empacho en atacar objetivos civiles". Asimismo, pidió al Consejo de Seguridad que haga "un llamado claro para un alto del fuego inmediato y global y el levantamiento del bloqueo marítimo y aéreo impuesto a Líbano", y que se ponga fin a "la agresión israelí".
El consejo se limitó a emitir un comunicado final "saludando la decisión del secretario general (Kofin Annan) de despachar a Medio Oriente una delegación de alto nivel" y pidió a todas las partes "que cooperen plenamente" con la misma.
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, partirá este sábado a la región en el contexto de esfuerzos concertados con la ONU para evitar una escalada de la violencia.
En reunión similar sobre Gaza celebrada el jueves, Estados Unidos ejerció su derecho a veto en el Consejo de Seguridad para frenar una resolución que exigía a Israel la retirada de ese territorio palestino.
En la de este viernes, el embajador estadunidense, John Bolton, se desmarcó de los llamados de la mayoría de sus pares a la contención de Israel y culpó de la crisis a Irán, Siria y Hezbollah, al hacer hincapié en que la milicia libanesa llevó a cabo una provocación "deliberada y premeditada".
Bolton exigió a Irán y Siria que dejen de "apadrinar y apoyar a grupos terroristas, en particular Hezbollah y Hamas".
El embajador israelí, Dan Gillerman, centró su intervención en denunciar el papel desestabilizador que a su juicio tienen Hezbollah, Siria e Irán en Líbano, y dijo al representante libanés que "si usted pudiera, estaría sentado a mi lado".
En tanto, Siria ignoró una vez más las acusaciones de Estados Unidos e Israel de apoyar a Hezbollah después que éste capturara a dos soldados israelíes en la frontera israelí-libanesa, y declaró estar preparada para un eventual ataque a su territorio.
Según el diario oficial sirio As Saura, la única vía de salida a la crisis sería "la aceptación por Israel de las condiciones de la resistencia", es decir, que acceda a liberar a prisioneros detenidos en su territorio a cambio de recuperar a sus soldados, como exigen sus captores de Hezbollah.
Tras el debate en la ONU, el embajador sirio, Bashar Jaafari, se quejó de que su demanda de intervenir en el debate para responder a las acusaciones contra su país fue denegada por el Consejo de Seguridad.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki, hizo un llamado en Atenas a la comunidad internacional y a la ONU a "intervenir para detener el crimen" que significa la ofensiva en Líbano.
Por lo pronto, el jefe del partido libanés Hezbollah, Hassan Nasrallah, declaró una "guerra abierta" a Israel durante una alocución transmitida por la cadena de televisión Al Manar, y también dijo que sus fuerzas destruyeron un buque de guerra israelí.
Afp confirmó la versión, cuando informó que cuatro marinos israelíes han sido declarados desaparecidos luego que su nave, frente a costas libanesas, fue alcanzado esta noche por disparos de Hezbollah, según un portavoz militar de Tel Aviv.
Mientras, el presidente estadunidense, George W. Bush, llamó hoy por teléfono a su par egipcio, Hosni Moubarak; al primer ministro libanés, Fuad Siniora, y al rey de Jordania, Abdallah II, para abordar la crisis, indicó Frederic Jones, un portavoz estadunidense, sin dar más detalles.
El presidente francés, Jacques Chirac, se congratuló por el envío de una misión de la ONU a la región, que irá a Israel, a los territorios ocupados, a Siria y a países árabes involucrados, en una entrevista con motivo de las celebraciones del 14 de julio.
Calificó de "absolutamente irresponsables" a Hamas -considerado terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos- y al Hezbollah libanés -acusado de ser apoyado por Irán y Siria-, grupos responsables del secuestro de tres soldados israelíes.
Se preguntó además si hay "voluntad de destruir Líbano", donde Israel lleva a cabo una vasta ofensiva, y consideró que "se está al borde del abismo" por la violencia.
El gobierno de México, por su parte, condenó ayer enérgicamente el "uso desproporcionado de la fuerza" por Israel, que ha ocasionado la muerte de decenas de civiles, la destrucción de la infraestructura básica fundamental y el aislamiento al que se ha sometido a la población libanesa.
Mediante un comunicado, la cancillería expresó también su rechazo a la incursión de fuerzas irregulares libanesas en territorio israelí, así como el lanzamiento de cohetes contra poblaciones civiles de dicho país.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, estimó que Israel "se equivoca" al lanzar una "contraofensiva" en Líbano y Gaza, e instó a la Unión Europea a exigir la "paralización inmediata de las hostilidades". De igual forma se manifestaron por separado el Vaticano, Japón, Chile, Venezuela y Canadá.