Paul Simon y Brian Eno, en un disco hermoso
Luego de seis años de silencio, los sonidos de Brian Eno iluminan la poesía de Paul Simon. El disco se titula Surprise (Warner Brothers) y escancia en 11 temas el pensamiento sonoro del genio de Eno y las ideas cuasi metafísicas de las canciones de Simon, cuyo álbum reciente, You're the one, no logró remontar el éxito definitivo de sus anteriores grabaciones: Graceland, esa obra maestra conseguida hace 20 años con los divinos maestros cantores que conforman el majestuoso grupo vocal Ladysmith Black Mambazo, ni el encanto y la magia del siguiente, The rhythm of the saints, de 1997, con las percusiones y el embrujo de la música de la más profunda piel enclavada en la Tierra.
El nuevo disco del maestrísimo Paul Simon es un estallido de sonidos alucinatorios emanados de la mente magistral de Brian Eno en combinación con el arte de contar historias que mantiene Simon a sus gloriosos 64 años.
Por supuesto que hay ecos inevitables de Graceland. Desde luego que hay espejeos a la realidad punzante que vivimos. Es evidente que hay brillo solar, lunar, carnal y cardinal en esta combinación afortunada de dos de las mentes más brillantes de la actualidad musical.
El tema político está también latente. En la pieza inicial, de largo título, hay una referencia tangencial al nuevo orden de cosas luego del episodio del 11-S y su capitalización por el poder imperial. Pero flamea también, y todo el tiempo, la poesía. Piezas maestras, belleza conseguida en pasajes que alcanzan lo sublime a partir de lo sencillo. He aquí el secreto de la eterna juventud del maestro Paul Simon.