En diversos medios de transporte, ciudadanos llegan para mostrar su inconformidad
Miles arriban al DF para participar en el mitin convocado por López Obrador
Los albergues que reciben a los viajeros, insuficientes
Permea ambiente de indignación
Ampliar la imagen Contingentes provenientes de Morelos y Guerrero transitaron por la autopista México-Cuernavaca en su trayecto a la ciudad de México la víspera de la asamblea Foto: José Carlo González
A pie, en vehículos particulares, autobuses rentados por medio de coperachas, en camiones de redilas o de plano en transporte de líneas camioneras, ingresaron miles de personas a la ciudad de México para participar en la segunda asamblea ciudadana convocada por Andrés Manuel López Obrador, de la cual se desprenderá la estrategia de resistencia y movilización civil para impulsar el conteo voto por voto, de la elección presidencial.
Ese flujo humano superó la expectativa de quienes organizaron la concentración en albergues, y anoche se requerían cobijas y alimentos para satisfacer la demanda de los viajeros.
Tal movilización civil, desde el interior de la República, obedece al descontento por el resultado y sucesos dudosos en torno al resultado del conteo del IFE en las elecciones presidenciales, de lo cual se desprendieron innumerables anomalías que ya fueron acreditadas ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
La respuesta al llamado del candidato de la coalición Por el Bien de Todos comenzó a manifestarse desde ayer -sábado- en las distintas carreteras federales que confluyen a la capital del país, con la llegada de contingentes provenientes de Morelos, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Hidalgo, Tlaxcala, Querétaro, Michoacán, Colima, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes.
Arribaron familias, parejas o grupos sociales cuyo origen es Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Zacatecas, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. "Aquí estamos, cabrones, y si no es ahora ¡no será nunca!", festejaba la señora Hortensia Luna, quien de la mano de su hijo de 14 años se aventuró desde la Huasteca potosina, y a la vez su voz se transformaba en reclamo: "Ya nos cansamos, hasta cuando vamos a dejar que nuestros hijos sean vistos por los riquillos como sus empleaduchos. ¡Ni madre!".
El éxodo de los habitantes de todo el país para llegar a la Plaza de la Constitución comenzó a percibirse desde las primeras horas de ayer. Y por la tarde, la lluvia no desalentó a aquellos que aún continuaban caminando a un costado del incesante paso de los automóviles que transitaron por las autopistas de Acapulco, Querétaro, Toluca, Pachuca y Puebla.
En orden, con la idea permanente de no provocar caos en las calles y avenidas de la ciudad, los contingentes avanzaron por Insurgentes (sur y norte), calzada de Tlalpan, calzada Ignacio Zaragoza, Constituyentes y Periférico Norte, con la certeza de encontrar cobijo en los albergues instalados en la Plaza de la República (Monumento a la Revolución), Villa Olímpica y en las colonias Tiempo Nuevo, La Joya y San Pedro Mártir.
También, en las centrales camioneras, sobre todo en las del Norte, Observatorio y Vía Tapo, la llegada de simpatizantes del perredista era notoria, pues muchos de ellos ondeaban banderas de México, del PRD, y algunas color blanco con un corazón al centro con la leyenda: "Andrés, aguanta porque te AMLO".
El ambiente de esta movilización popular en esta ocasión no fue de festejo, sino que se dejó sentir el reclamo por el engaño imperante.
La indignación permea en el ambiente, porque consideran que desde las esferas del poder se pretende desacreditar y avasallar un proyecto y a un líder respaldado por millones de mujeres y hombres. "Ya no hay marcha atrás. O nos defendemos o nos aplastan", justificó la joven Agustina Cervantes, estudiante michoacana que viajó sola desde Morelia para encontrarse presente hoy en el Zócalo.