Hubo un momento en que la movilización pareció que no tendría fin
El crucero de Reforma y Bucareli devino en Zócalo por unas horas
"Aquí estaremos a cada llamado de nuestro presidente", expresó un seguidor de AMLO
Ampliar la imagen Sobre Paseo de la Reforma, a la altura de la esquina con Bucareli Foto: Cristina Rodríguez
Ampliar la imagen En el Zócalo, frente a Catedral Foto: María Meléndrez Parada
La plancha del Zócalo capitalino se trasladó, a menor escala, a las calles aledañas a la Torre del Caballito, donde la retaguardia de la manifestación de apoyo al candidato de la coalición Por el Bien de Todos no claudicó en su intento por escuchar a Andrés Manuel López Obrador y desbordó el cruce de Reforma con Bucareli.
Meidante una pantalla gigante, quienes alcanzaron a llegar hasta el Zócalo vibraron y se emocionaron tanto como la masa amarilla que se encontraba en la Plaza de la Constitución ante cada llamado del ex jefe del gobierno capitalino a la resistencia para defender el voto popular.
Dos horas después de que la vanguardia de la movilización partió del Museo Nacional de Antropología e Historia, los últimos contingentes comenzaron a caminar rumbo al Zócalo capitalino, sabedores de que era imposible acceder al punto donde finalizaría la concentración, pero conscientes de la importancia de su participación. "No creemos que haya ganado (el candidato panista, Felipe) Calderón, por eso vinimos a apoyar al peje", aseveraron tres de los cuatro integrantes de una familia de la delegación Cuajimalpa, en tanto el cuarto -su perro vestido de amarillo- acompañaba con ladridos los gritos de las personas que se atravesaban.
Mientras los últimos contingentes iban avanzando, frente al museo se presentaba un performance donde un personaje, la democracia, simulaba las elecciones y transmitía el mensaje de que los comicios fueron un fraude contra el candidato perredista.
Cuando parecía que la manifestación terminaría de pasar sobre Reforma, decenas de contingentes se incorporaron, produciendo la sensación de que la movilización no tendría fin. Luego de pasar la puerta de los leones del Bosque de Chapultepec, cientos de personas se sumaron a la caminata desde todas las calles que desembocan a Paseo de la Reforma. A esa altura una manta resaltaba: "Marcos, ¿qué no oyes un mandato popular?"
A pesar de la ruta establecida, muchos manifestantes trazaron caminos propios. En calles como 20 de Noviembre, Pino Suárez y 5 de Febrero, que confluyen en la Plaza de la Constitución desde avenida Izazaga, el flujo de manifestantes fue muy numeroso.
"También soy renegado", se leía en una playera que portaba Sergio Palma, vecino de la zona metropolitana, quien aseguró que los grupos que tacharon con ese adjetivo a López Obrador por impugnar el proceso electoral, "nos lo dicen a los miles que hemos venido a apoyarlo".
Con dedicatoria a las televisoras, "que desinforman", cientos de manifestantes exhortaban a la ciudadanía a boicotear esos medios de comunicación: "Apaguen la tele, no más Televisa", mientras en una manta se leía: "López Dóriga, mono de la burguesía".
Palmo a palmo con los últimos contingentes, integrantes del Servicio de Limpia del gobierno capitalino trabajaban a marchas forzadas para recoger la basura generada por la movilización; además de que los cientos de cestos para los desperdicios colocados a lo largo del Paseo de la Reforma resultaron insuficientes para poner los desechos dejados por la cantidad de manifestantes.
Ya ante la Torre del Caballito, el calor y la caminata ocasionaron que las personas concentradas en el cruce de Bucareli y Reforma bajaran el ánimo; sin embargo, cuando el candidato perredista apareció por primera vez en una pantalla gigante dispuesta en el lugar, la masa recobró la energía y el júbilo.
"No importa que no llegáramos al Zócalo, aquí estaremos a cada llamado de nuestro presidente para defender nuestra decisión", aseguró un ciudadano con listón tricolor en el pecho que no se movió de la Torre del Caballito hasta que la marea amarilla se dispersó.
La entrega de la gente propició que ese crucero se convirtiera en apéndice del Zócalo al corear, gritar, ovacionar y apoyar incondicionalmente cada una de las palabras del candidato: "¡Obrador, Obrador!", "¡No estás solo!"
Finalizado el discurso, los seguidores López Obrador, tomados de las manos, entonaron el Himno Nacional, en gesto de unidad solicitado por su líder. Tras esas acciones, la concentración se transformó en columnas que se dirigieron de manera pacífica y tranquila hacia distintos puntos de la ciudad, con el compromiso de duplicar el número de congregados para tercera asamblea informativa, el domingo 30 de julio.