Las víctimas son dos tzotziles de Huitiupán, Chiapas, adheridos a la otra campaña
Denuncian tortura y hostigamiento a ''presos políticos'' en El Amate
El centro humanitario Fray Bartolomé de las Casas exige al director mayor protección
Organismos civiles denunciaron en Chiapas la tortura y hostigamiento contra ''presos políticos'' en la cárcel El Amate, de Cintalapa, por iniciativa del director del penal, Armando Fabricio Maldonado Gómez, así como agresiones físicas a los familiares y amigos de los presos que conforman el grupo La voz del Amate y pertenecen a la otra campaña.
Las víctimas de tortura dentro de la cárcel son Aureliano Alvarez y Tiburcio Gómez, tzotziles originarios de Huitiupán. La Voz del Amate, organización de 12 presos políticos adheridos a la sexta declaración de la selva Lacandona, denunció que a los primeros "los han amenazado de muerte y ya en una ocasión llegaron inconscientes a la enfermería de la prisión a causa de la tortura y la paliza en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 14, de alta seguridad". Alvarez y Gómez ingresaron el 29 de junio después de permanecer 55 días en la casa de arraigo llamada Quinta Pitiquitos, incomunicados y sufriendo "maltratos comprobables".
Ya dentro del penal siguieron siendo amenazados y torturados, a pesar de las recomendaciones del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC) que demandaba la protección que el director debía garantizarles. "Los miembros de La Voz del Amate, que reivindican la condición de presos políticos y mantienen un plantón desde el 1 de enero de este año, no fueron indiferentes ante los hechos y ofrecieron ayuda a los compañeros que se encontraban en muy mal estado físico y sicológico", afirma el organismo de derechos humanos. Ante la acción solidaria, el director y la estructura de presos a su servicio respondieron con amenazas, agresiones y hostigamientos.
Después de seis meses de plantón, La Voz del Amate denunció "la represión y la tiranía del director del penal", quien utiliza a los "representantes" de los edificios para forzar a los demás internos a firmar para que se trasladen a los presos políticos a otros penales, por "agitadores". Estos mencionan "el carácter colérico del director, quien ordenó, el 13 de julio, golpear a nuestro compañero Julio César Pérez Ruiz ".
El CDHFBC denunció a su vez que ese mismo día Aureliano y Tiburcio fueron golpeados "por otros reclusos (presuntamente por órdenes del director del Cereso), conocidos como Los Precisos: Andrés Balcaser, alias El Cachorro y Filadelfo González, El Cochero". El 14 de julio, el CDHFBC intentó visitar El Amate, pero por órdenes de Maldonado no se permitió su ingreso más allá de los locutorios. "Aureliano y Tiburcio, con dificultad para respirar y con dolor físico en cintura, pecho y espalda, repetían insistentemente estar amenazados. En todo momento estuvieron presentes tres estafetas (presos que llevan a los reclusos del interior del penal a los locutorios) con actitud intimidatoria."
Los reos denunciaron que el jueves 13 de julio, por segunda ocasión en el día, "nos golpearon en el pecho, nos pusieron bolsas, nos sumergieron en estanque con agua, nos golpearon peor que la primera vez". Esto fue realizado por al menos 10 personas. Luego estuvieron en la enfermería toda la noche. Aureliano y Tiburcio afirman que Los Precisos los amenazan de que cuando regresen al módulo de población general, este domingo, serán nuevamente golpeados.
Todo comenzó en mayo
Desde el 5 de julio, según el CDHFBC, los indígenas habían sido golpeados "con excesiva brutalidad por otros internos, quienes los sumergieron en la fosa del drenaje y les arrojaron cloro en todo el cuerpo, provocándoles quemaduras, además de robarles su dinero y pertenencias debido a que no pagaron los 250 mil pesos que les exigen a cada uno para no golpearlos, permitirles hablar con la familia, darles un espacio para dormir y evitar la talacha (lavar baños)". Los familiares constataron las quemaduras y contusiones, e informaron que se amenaza a los presos "con matarlos a golpes si no pagan".
Las agresiones y torturas sufridas por Aureliano y Tiburcio en el interior del centro de reclusión se incrementaron después de que el CDHFBC intervino ante el Coordinador General de los Ceresos del estado, Eduardo Coutiño Remy, e inclusive ante Roger Grajales González, secretario de Gobierno de Chiapas.
El CDHFBC ha dado seguimiento al caso desde mayo. "Aureliano Alvarez Gómez fue detenido de manera arbitraria el 5 de mayo, sin orden de aprehensión ni notificación del motivo. El 7 de mayo, Juan Alvarez Juárez, padre de Aureliano, y sus hijas Alberta y Seferina, fueron engañados por elementos de la Agencia Estatal de Investigación y conducidos a Tuxtla Gutiérrez. Les dijeron que su familiar estaba acusado de participar en el secuestro del padre del presidente municipal de Huitiupán, Maximiliano González Pérez, y que una vez en Tuxtla les explicarían la situación jurídica de Aureliano". Alberta, Seferina y Aureliano fueron arraigados mediante orden emitida por el juez del ramo penal del distrito judicial de Tuxtla Gutiérrez, dejando en libertad únicamente a don Juan Alvarez, a quien amenazaron con volverlo a encarcelar "si hacía algo".
Alberta y Zeferina Alvarez Gómez estuvieron bajo arraigo 10 y 12 días respectivamente, "en condiciones inapropiadas y sin la atención médica que requerían, ya que Alberta se encontraba bajo restricción alimenticia debido a una donación de riñón, y Zeferina en etapa de lactancia después de dar a luz".
Aureliano y Tiburcio permanecieron arraigados casi dos meses sin que la autoridad ministerial definiera su situación jurídica. "La figura legal de arraigo ha sido señalada como inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación", según los defensores. Aureliano refiere haber sido torturado durante el arraigo y obligado a firmar una declaración autoinculpatoria. "De acuerdo con los testimonios de Aureliano, Tiburcio, Alberta y Zeferina, los interrogatorios estaban dirigidos a que dieran información sobre la estructura del EZLN y la localización de enclaves zapatistas en Huitiupán", apunta el CDHFBC.